Los Castañeda son la familia más numerosa del fútbol chileno. Seis de sus integrantes jugaron en Primera División. Todos reúnen una característica común: iniciaron sus carreras en Palestino.
El sábado se juntaron en El Naranjal, localidad de la Sexta Región de la que son oriundos. Los convocó el regreso de Gerardo, lateral que defendió al equipo árabe entre 1966 y 1969. Al año siguiente pasó a Colo Colo, donde obtuvo dos títulos (1970 y 1972), e integró el recordado plantel que en 1973 perdió la final de la Copa Libertadores ante Independiente.
El ex carrilero dejó el fútbol en 1975, por una lesión lumbar. Fue intervenido en el hospital José Joaquín Aguirre, donde conoció a una médico colombiana, de la que se enamoró. Se casaron. En 1977 partió a Cali. Nunca más retornó. "Intenté continuar mi carrera allá, pero no fue posible. Me probé en Deportivo Cali y en América, pero allá sólo admitían a tres extranjeros por equipo. Finalmente, me dediqué a hacer negocios. Por esa razón, no había vuelto a Chile. Reencontrarme con mi familia fue maravilloso".
Las emociones abundaron en la jornada. Hasta que el agasajado Gerardo, junto a sus hermanos Hugo, Víctor y Rolando, además de sus sobrinos Víctor Hugo y Cristián, coincidieron en el tema que más les apasiona y que mejor dominan: el fútbol.
"Es inevitable que terminemos conversando de fútbol. Si nuestra familia es muy pelotera. Además de los que pudimos llegar a jugar en Primera, están mis primos Marco, que estuvo en la Sub 20 de Palestino, Roly, que también fue juvenil en el club y mi tío Manuel, que jugó en la Reserva. Si aparece una pelota, es seguro que vamos a terminar dándole algunos disparos", cuenta VH.
Un partido de los azules les había brindado la última ocasión de juntarse. "Siempre estuve pendiente de mis sobrinos Víctor Hugo y Cristián. En 1995, la 'U' fue a jugar un partido con Atlético Nacional, por la Copa Libertadores, en Medellín. Allí me pude juntar con su padre y con mi otro hermano, Rolando. Siempre hice fuerzas por ellos, porque el lazo familiar no se pierde, a pesar de la distancia", dice. Y concluye que "veía con orgullo cómo el apellido Castañeda llegaba a lo más alto del fútbol, Ambos llegaron a la Selección y Cristián jugó un Mundial. Fueron grandes herederos de lo que hicimos antes".