Hasta hace pocos años, el principal indicador de progreso y bienestar de un país ha sido hasta ahora el PIB. Pero últimamente se han incorporado otros aspectos para medir la felicidad, que se conoce como bienestar subjetivo.
Incluyendo esta nueva perspectiva es que se preguntó a los chilenos qué los hace felices. La repuesta fue contundente: la familia.
Así lo determinó el estudio Barómetro de la Felicidad realizado por el Instituto de Felicidad de Coca- Cola (2012) y aplicado por el Instituto de Sociología de la U. Católica a 1.313 personas, entre 18 y 85 años, de todo el país, donde en una escala de 1 a 10, los encuestados declararon mayor satisfacción con la familia (8,2), antes que todos los ámbitos mencionados, como amigos (7,6) o dinero (6,4).
Para profundizar en esos resultados es que la UC y el Instituto Coca-Cola realizaron una nueva encuesta cualitativa con 10 grupos de conversación, para entender mejor el vínculo de los chilenos de distintas clases sociales con la familia.
Los resultados revelaron que la familia es el grupo determinante del bienestar en el país, porque entrega confianza e incondicionalidad, algo que en otros espacios -como trabajo, sociedad e incluso amigos- el chileno no encuentra, explica Magdalena Browne, socióloga del Instituto de Sociología de la U. Católica.
De hecho, la encuesta de 2012 muestra que el 94% dice confiar completamente o algo en la familia y un 83%, en sus amigos. Sin embargo, un 65% reconoce confiar poco o nada en personas que viven en otros barrios, el 55% en gente de otra religión, el 57% de otras nacionalidades, 56% de una clase social diferente y 63%, en otra postura política, entre otros.
Y aunque los amigos aparecen en segundo lugar entre los vínculos importantes, el 49% declaró tener dos o menos amigos.
Browne dice que un rasgo de Chile y de los países latinoamericanos es que tienen un capital social muy anclado en los vínculos familiares. "Desde una perspectiva cuantitativa, aparece más significativa que los vínculos con vecinos, trabajo", explica. Por ello más que un medio, la familia es el sentido último", dice.
Es decir, si se desea tener salud o un buen trabajo es pensando en dar las mejores condiciones a la familia.
Los aspectos más relevantes de los vínculos familiares como determinante de bienestar subjetivo son el apoyo, el tiempo y la convivencia. Quienes declaraban contar con dichos elementos reportan una mayor satisfacción con la vida. En una escala de uno a 10, el apoyo familiar logró 7,6 puntos, el tiempo con la familia, 7,7 y convivencia familiar, 7,7 puntos. "La familia no está sujeta a una situación contractual, como en el trabajo, y hay confianza a toda prueba. Cada vez más en nuestras relaciones sociales se da una dinámica de instrumentalidad, pero en la familia eso no se da. Lo que se define como familia es un vínculo de incondicionalidad y ese vínculo se mantiene incluso cuando hay crisis", dice.