El fin de semana pasado, seis chilenos se robaron la atención de la prensa holandesa. Se trata de Rodrigo Lobo y sus cinco hijos, quienes corrieron el Maratón de Ámsterdam en sus distintas categorías.

¿Cómo un padre logra convencer a sus cinco hijos para que lo sigan en su pasión? "No fue fácil", dice Lobo, quien ha dedicado casi toda su vida a correr. "Mi primer maratón fue en 1988, cuando trabajaba en la empresa alemana Hoechst, que organizó el Maratón de Santiago de ese año. Corrí y me fue bien. Luego, en 1992 se formó el Santiago Runners Club y empecé a correr con ellos. Sin embargo, dejé de hacerlo por un año, para acercarme a mis hijos y hacer cosas con ellos. Cosas que a mí no me gustaban tanto, pero a ellos sí. Un día, sin contarles, los inscribí en una corrida 10k. Se entusiasmaron y ahí comenzaron a correr. De esto, ya han pasado unos cinco años", recuerda este ingeniero agrónomo, que ha participado en cuatro maratones de Santiago y en las de Nueva York, Ámsterdam, Buenos Aires y Chicago, en el exterior.

De este modo, Rodrigo (27); Tomás (25); Santiago (21); Agustín (20) y Raimundo (16) se iniciaron en el maratón. Incluso, crearon un equipo, llamado Wolfpack ("manada de lobos" en español), con el que participan en las distintas competencias.

Sobre la experiencia de correr en Holanda, los hermanos Lobo cuentan sus vivencias. "Fue una experiencia inolvidable correr el Maratón de Ámsterdam con mis hermanos menores y mi padre, como gladiadores del imperio romano. Cada uno dando lo máximo de sí, después de arduos meses de entrenamiento", comenta Rodrigo, mientras que Tomás afirma que "a diferencia de mis hermanos, yo no tuve tiempo para entrenarme adecuadamente para, ya que estuve viajando por Asia hasta poco antes. Esto significó que mi carrera fuera extremadamente dura". Por su parte, Santiago añade que "sin duda será una experiencia que recordaré cuando siga aplanando el pavimento en mi vejez".

La intención del equipo es regresar."La idea es volver a competir en familia en un par de años, pero para entonces vamos a ir todos por los 42k, como se debe", apunta Agustín, mientras que Raimundo afirma que "a mí me queda mucho por aprender y sé que no será fácil, pero con esfuerzo y perseverancia podré alcanzar mis metas".

Justamente, del menor del clan depende el próximo hito, ya que su familia espera que cumpla 18 años en 2016 para responder al requisito de edad mínima en el Maratón de Nueva York y así correr los 42 kilómetros. De conseguirlo, está familia ingresará al libro de Guinness. "Sabemos que en Nueva York hay un récord de un papá corriendo con cuatro hijos, y nuestra idea es batirlo en 2016. Nos estamos preparando para conseguir esta meta", anticipa Rodrigo Lobo, quien relata que "en Holanda la gente se volvió loca con nuestra historia, porque es muy inusual ver correr a un padre con cinco hijos".

Por último, Lobo, de 55 años, reflexiona: "Esta ha sido una experiencia familiar inolvidable. Sólo imaginar que todos tus hijos te acompañen y vibren con una actividad que es tu pasión, es un premio. Además, todos quedaron muy motivados para seguir corriendo maratones en familia, que es lo que seguiremos haciendo cada vez, espero, con mejores resultados".