El poderoso patriarca de Samsung Group está entrando en su tercer mes de internación en un hospital de Corea del Sur y su familia corre el riesgo de perder el control del conglomerado que aquel construyó y que abarca desde la fabricación de teléfonos inteligentes a los seguros de vida.
Lee Kun Hee, de 72 años, sucedió a su padre hace 27 años y se mostró más habil que Sony Corp. y Nokia Oyj para superar a Apple Inc. en el negocio de los teléfonos móviles. Su hijo Lee Jae Yong, de 46 años, tendrá dificultades para mantener la misma influencia debido a impuestos a la herencia que podrían superar los US$5.000 millones y la disminución del apoyo en Corea a los conglomerados controlados a través de un cruce de participaciones.
Los Lee controlan las 74 empresas del grupo por medio de una red de participaciones cruzadas, aunque poseen menos del 2% del total de acciones. Lee Jae Yong, que trabaja a la sombra de su padre desde 1991, tendrá que relajar el control de la familia y las protecciones contra accionistas externos en el preciso momento en que Samsung Electronics Co. enfrenta dificultades cada vez más grandes para mantener su posición de liderazgo en el mercado de los smartphones.
"Samsung llegó a ser líder mundial sólo porque el presidente Lee pudo mantener el control de la gestión lejos de las influencias externas", dijo Kim Houng Yu, profesor de la Escuela de Administración Kyung Hee de Seúl. "Una vez que la estructura de participaciones cruzadas se rompa, el control de la familia Lee sobre el grupo se debilitará y esta quedará más vulnerable a las influencias externas".
Los accionistas, por ejemplo, podrían ejercer más presión sobre Samsung Electronics para que aumente los dividendos cuando el efectivo supere los actuales US$58.000 millones, según Claire Kim, analista de Daishin Securities Co. También podrían insistir en cambios de estrategia o recortes del gasto en bienes de capital al frenarse el crecimiento, agregó.
NUEVAS OPI
Lee Kun Hee es una figura imponente en Corea que convirtió a Samsung en el conglomerado, o chaebol, más poderoso con más de doble de ingresos que el siguiente grupo por dimensiones, según la Comisión de Lealtad Comercial de Corea. Mientras tanto, se convirtió en el hombre más rico del país con una fortuna de US$11.400 millones, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg.
La sucesión pasó a ser un tema más urgente este año luego de que el empresario sufriera un ataque cardíaco. Conforme a las leyes coreanas, los herederos deben pagar impuestos del 50% cuando heredan una riqueza de esa magnitud, lo que habla de una cuenta cercana a los US$6.000 millones, señaló Kim Hyeon Jin, abogado especializado en impuestos de Shin Kim de Seúl.
Aunque es posible eludir impuestos colocando las acciones en una fundación, la familia podría perder el control de esos activos de todos modos, añadió.
Los Lee planean sacar a bolsa dos empresas de Samsung, lo que ayudará a cubrir los impuestos a la herencia y cumplirá con los límites más estrictos que ha dispuesto el gobierno para los conglomerados. Una de ellas es Cheil Industries Inc., operador pequeño pero estratégicamene importante de zoológicos, canchas de golf y The Caribbean Bay, promocionado como uno de los parques acuáticos más grandes del mundo.
Si bien Samsung Electronics es la compañía más grande, buena parte del poder de la familia surge de Cheil, conocida hasta este mes como Samsung Everland Inc. La empresa de capital cerrado es el holding de facto de la familia, con participaciones directas e indirectas en las ramas de la electrónica, las finanzas y las operaciones bursátiles. La otra compañía que comenzará a cotizar en bolsa es Samsung SDS Co., proveedora de servicios tecnológicos.