La final de la Champions: una maldición para los chilenos

La Juventus de Marcelo Salas (2003) y el Liverpool de Mark González (2007) llegaron a la definición, pero ninguno de los dos jugó. Fernando Riera dirigió al Benfica en 1963, pero los tres, además, perdieron.




Esta semana se definen los finalistas de la Liga de Campeones y dos chilenos podrían llegar a esa definición. Mañana, Barcelona visita al Bayern Munich y el miércoles, Juventus juega con el Real Madrid. Ningún chileno ha podido estar en cancha o ganar este título. Dos jugadores y un técnico estuvieron cerca.

Aunque en el cuadro catalán, Claudio Bravo no juega la Champions, sólo la Liga, es uno de los que podría llegar a la final. Y tiene una alta posibilidad gracias al 3-0 a favor en la ida.

En la otra llave, Arturo Vidal es pilar en el equipo que la semana pasada venció por 2-1 a los merengues en Italia.

Pero aunque ambos equipos pasen, la maldición se podría mantener de cierta manera. Bravo no jugaría la final por la política que ha establecido Luis Enrique, a menos que Ter Stegen sea expulsado o se lesione.

Y en la Juventus, Vidal está a una amarilla de ser suspendio.

La historia
En 2003, Marcelo Salas era parte del plantel de Juventus que llegó a la final, pero un año y medio antes, el "Matador" se rompió los ligamentos de la rodilla derecha y no pudo estar ante el Milan. Además, los rossoneri ganaron por 3-2 en penales.

En 2007, Mark González sí que estuvo cerca de ser el primer chileno en ganar la Champions. Fue a la banca cuando Liverpool cayó 1-2 con el Milan de Carlo Ancelotti. El ex seleccionado nacional participó en la campaña y anotó un gol clave ante el Maccabi Haifa de Israel, que le dio la clasificación a la fase grupal. Pero en la final no sumó minutos.

A ellos se suma, pero como técnico, Fernando Riera, quien tras el Mundial de 1962 asumió en el Benfica de Portugal. Imparable en el torneo local, logró el título y en la Champions llegó a la final, pero perdió ante el Milan 2-1. Fue el primer entrenador en sufrir la maldición del ex técnico húngaro Bela Guttmann, quien algunos meses antes había dicho que "el Benfica, sin mí, nunca ganará una copa europea".

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