Julio Barroso abandona raudamente el entrenamiento de Colo Colo. Hacia el zaguero argentino apuntan decenas de miradas y de cámaras. El defensor se excusa. "Prefiero no decir nada", explica en el camino hacia los camarines del Monumental.

Héctor Tapia retrasa considerablemente su ingreso a la sala de prensa del recinto, en la que todos los jueves se refiere a la contingencia alba. La práctica fue más extensa de lo habitual y el técnico del Cacique prefirió alargarlo un poco más, con su participación en duelos de tenis-fútbol. Tenía pocas ganas de dialogar.

Su molestia es tan evidente como la tensión que las quejas del argentino, y sus eventuales repercusiones, generaron en Macul. Ayer, como pocas veces, el adiestrador se adelantó a la ronda de preguntas con una advertencia. "Me quiero dedicar a hablar sólo de lo futbolístico", planteó. Sin embargo, en su única alusión al conflicto adhirió al apoyo que ha recibido Barroso de sus compañeros. "Como ha sido en toda mi gestión, existe mi total respaldo al grupo de jugadores", dijo.

La unidad entre el cuerpo técnico y el plantel en torno al defensa es absoluta. Al punto que, internamente, existe una fuerte molestia hacia Blanco y Negro por la tardía reacción frente a las situaciones que denunció el ex central de Boca Juniors, que ya habían sido expuestas por los futbolistas.

En el equipo albo concluyeron que si la dirigencia que encabeza Arturo Salah hubiera actuado con mayor energía frente a las aprensiones que expuso el transandino, que ya habían sido ventiladas internamente, no hubiera sido necesaria su intervención en la vocería que asumió el miércoles y menos habría quedado expuesto a la sanción que podría aplicarle el Tribunal de Disciplina por sus palabras. Alegan que los dejaron solos en el reclamo y que el presidente de la concesionaria debió salir a defenderlos antes.

"Era algo que conversábamos internamente. Lo que dijo Julio es una posición del plantel y tiene el consentimiento y el pleno respaldo nuestro. Julio actuó  como nuestro vocero. A Barroso no vamos a dejarlo solo", declaró a La Tercera el delantero Felipe Flores. En esa línea, el ariete reconoció que todo el equipo conocía el mensaje que iba a emitir el ex defensor de O'Higgins.

Internamente, también, comparan la reacción de la ANFP con la que tuvo frente a los dichos de Johnny Herrera después del Superclásico y remarcan que el arquero azul ni siquiera fue amonestado por la categorización que realizó respecto de Flores (lo llamó chipamogli, algo así como poca clase) ni por las referencias al Monumental al que calificó como "un vertedero".

La concesionaria sigue sin definir una postura formal frente al conflicto, pero determinó defender a Barroso, independientemente de que no compartan el método que utilizó. La dirigencia antepondrá su relevancia para el equipo, pues considera que una suspensión prolongada sería fatal para sus pretensión de pelear el título.