Los cambios reglamentarios que han afectado a la Fórmula Uno en la presente temporada han tenido diferentes efectos. El primero y fundamental que tiene preocupado a equipos y fanáticos, y que ha trascendido a los regentes de la máxima categoría es el significativo cambio del sonido de los motores. Tras pasar de los V8 que giraban a 18 mil vueltas a los turno de 1,6 litro, el ruido ha disminuido significativamente, cuestión que no es del gusto de nadie.

Ya para el Gran Premio de China hubo reuniones en busca de solucionar el problema. Y esta semana, en Barcelona, habrá nuevas citas para acopiar alternativas para resolver el entuerto, analizando las propuestas que han acercado a la FIA.

En los entrenamientos fijados para el lunes, inmediatamente después de la carrera de este fin de semana, se pondrán a prueba algunas de las posibilidades, que van desde sofisticadas innovaciones tecnológicas hasta colocar amplificadores en la zona de los escapes del coche.

En general, casi todos coinciden en que esa parte trasera del monoplaza es la que tiene que modificarse para generar ese ruido. Por supuesto, se trata de una zona muy sensible para el rendimiento de las máquinas, como se ha demostrado en los últimos años, por lo que encontrar una solución satisfactoria no va a resultar tan sencillo.

Además, hay suspicacias, como desvela Toto Wolff, de Mercedes. "Tenemos algunas soluciones muy complejas relacionadas con el sistema de escapes, y también una que sería como un megáfono, que simplemente se abre al final. No sé si esta última es lo que deberíamos hacer en F1 pero, aún así, presentaremos nuestras sugerencias y enfoques", dijo en Speedweek.

La solución que sea, y aunque sea de modo transitoria, debería estar ya implementada para Canadá.