Considerado el principal artífice de que el régimen de Nicolás Maduro permitiera al dirigente opositor Leopoldo López abandonar la cárcel de Ramo Verde para cumplir arresto domiciliario, el ex jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, volvió el domingo a Venezuela para continuar su labor de mediador entre el gobierno y la oposición. Y lo hizo en una semana clave, marcada por el paro cívico convocado para miércoles y jueves por la opositora Mesa de la Unidad Nacional (MUD) y las elecciones del domingo organizadas por el gobierno para elegir a los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente que redactarán una nueva Constitución.

Según el diario venezolano El Nacional, Rodríguez Zapatero se reunió de forma privada el lunes con López. El dirigente de Voluntad Popular habló y desayunó a las 9.00 con el socialista español. Más tarde, asegura el periódico, Rodríguez Zapatero mantuvo una conversación con dirigentes políticos.

De acuerdo a lo informado a través de Twitter por el primer vicepresidente del Parlamento, el opositor Freddy Guevara, López le habló a Rodríguez Zapatero sobre la "exigencia del pueblo" de Venezuela de que se retire la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y responsabilizó a Maduro del posible conflicto social de concretarse este proceso.

"Se comunicó a Zapatero la exigencia del pueblo: que sea retirada la Constituyente y que se respete decisión del pueblo" expresada en un plebiscito simbólico que la oposición hizo el 16 de julio contra la Constituyente. Guevara, coordinador del partido Voluntad Popular, fundado por López, sostuvo: "También se conversó sobre la grave conflictividad que puede venir por la ANC fraudulenta" y, agregó, le dejaron claro a Rodríguez Zapatero "que el único responsable es Maduro".

Por su parte, Mitzy Capriles, esposa de Antonio Ledezma, alcalde mayor de Caracas que también está sometido a arresto domiciliario, publicó un petitorio con cuatro condiciones: velar por la separación e independencia de los Poderes Públicos, incluyendo la Asamblea Nacional y el nuevo Tribunal Supremo de Justicia. Además, según el diario El Nacional, exigió la liberación de presos políticos, la apertura de un canal humanitario y la celebración de elecciones para escoger a un nuevo Presidente.

Pero no es la primera vez que Rodríguez Zapatero está en pleno conflicto venezolano. En diciembre de 2015, el ex jefe del gobierno español visitó este país durante los comicios parlamentarios en calidad de observador electoral. Tras la derrota del chavismo en esas elecciones, el régimen de Maduro arreció sus ataques contra la oposición, valiéndose de su influencia sobre el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Electoral para detener las acciones del Parlamento.

En mayo de 2016, tras volar desde Santo Domingo en un viaje sorpresa auspiciado por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Rodríguez Zapatero llegó nuevamente a Caracas para abrir "un espacio de diálogo entre el gobierno y la oposición", según afirmaron entonces al diario español El Mundo fuentes cercanas al ex gobernante. Dentro del trío de ex presidentes designado por la Unasur para mediar en este diálogo también se encontraban el dominicano Leonel Fernández y el panameño Martín Torrijos.

En su rol de mediador, Rodríguez Zapatero se reunió en octubre de ese año con Maduro y con el enviado especial de Estados Unidos, Thomas Shannon, en el Palacio de Miraflores como parte del diálogo entre el gobierno y la MUD.

Uno de los mayores logros de Rodríguez Zapatero en la crisis venezolana fue el alcanzado el pasado 8 de julio, cuando López salió de la cárcel de Ramo Verde. Días antes, el líder opositor había sido visitado en la prisión militar por el político español junto a la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, y el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, según informó entonces la esposa de López, Lilian Tintori.

Pero también han surgido críticas contra Rodríguez Zapatero, incluso de parte de sus propios correligionarios, como Felipe González. En una entrevista con el canal Antena 3, el también ex jefe de gobierno español aseguró que no ha hablado con él "de lo que se está haciendo o de lo que se puede hacer" frente a Venezuela, pero "yo creo que ese diálogo está mal enfocado desde el principio".

Venezuela vive desde abril una oleada de protestas, que se han saldado con 100 muertos y más de mil detenidos. "Esta vez la presión de la MUD no se detendrá. El desenlace de estos días venideros es impredecible", comentó a La Tercera el analista venezolano Christian Burgazzi.