Como el actual campeón del mundo, Sebastian Vettel asomaba como el favorito a inicios de la temporada para quedarse con el título de la Fórmula 1.

Sin embargo, el piloto de Red Bull no partió bien, y sólo ganó en Bahrein en las primeras cuatro competencias.

Tras ello no subió al podio en las tres siguientes carreras y terminó retirándose en el Gran Premio de Europa.

Luego con un tercero en Gran Bretaña y un quinto en Alemania, Vettel quedó a 44 puntos de Alonso (154 contra 110) en la mitad de la temporda.

Aunque no ganó en los dos Grandes Premios siguientes, descontó la ventaja, pero su esfuerzo parecía quedar en nada en Italia, donde arribó en el lugar 22° y el español de Ferrari fue tercero con lo que la diferencia quedó en 39 unidades.

Alonso parecía más firme que nunca, pero ahí apareció la perfección del alemán.

Clasificó (en la pole) una vez tercero, otra segundo y dos veces primero y terminó ganando en Singapur, Japón, Corea del Sur e India, siendo la primera vez en su historia que registró cuatro ganancias consecutivas, mientras el asturiano sólo sumaba dos terceros y un segundo.

Ahora, a tres fechas del final, Vettel parece más sólido que nunca, al igual que su auto y los 23 puntos que lo separan del español parecen ser una distancia muy difícil de superar.