No se equivoque, no se trata de que el nuevo presidente de Argentina tenga un problema contra la tradicional pasta italiana. Ñoqui posee una definición popular muy alejada del ámbito culinario. Al otro lado de la cordillera se utiliza el término ñoqui para la persona que tiene un contrato, que recibe un sueldo por ello, pero que no trabaja. Una figura generalmente relacionado con el aparato público. Contra esta realidad, la nueva administración de Mauricio Macri inició una verdadera guerra.
La fórmula es simple: el gobierno sospecha que el kirchnerismo, antes de dejar el poder, cerró una gran cantidad de contratos y designaciones estatales “fantasmas”, que no entregan rédito ni trabajo al Estado, pero que reciben un sueldo.
Para identificar a los supuestos “ñoquis”, Macri anunció una revisión detallada de 75 mil designaciones efectuadas por Cristina Fernández antes de dejar la Casa Rosada.
La fórmula
El desglose de estos 75 mil contratos son 64 mil temporales (a plazo fijo) y 11 mil a través de concurso público.
La estrategia del gobierno para evaluar a los contratos temporales, según publica el diario La Nación, será extender estos vínculos para evaluar cuál es su aporte y que determinar si efectivamente existen los servicios prestados que figuran en su vinculo con el estado.
Los “ñoquis” y el financiamiento a la política
La existencia de los llamados “ñoquis”, en su mayoría, no significan favores personales de algunas autoridades para otorgarle un sueldo a una determinada persona, si no que apuntan a obtener financiamiento para actividades políticas.
La práctica irregular consiste en contratar personas por el monto que se necesita para actividades políticas y los contratados, en muchos casos, ni se enteran que figuran en planillas del aparto del estado.
Paro para el martes
Esta arremetida de Macri no cayó bien en los sindicatos, el secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Hugo Godoy, anunció una movilización nacional el martes ante la auditoria que impulsa el Ejecutivo.
Los trabajadores aseguran que no existen “ñoquis” y que si hay algún empleado que no cumple sus labores, se determina con un “mínimo control”. Para la ATE, la intención del gobierno es justificar despidos masivos del aparato estatal.