Después de un proceso que se extendió por 16 años, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) resolvió rechazar las demandas de Croacia y Serbia por genocidio perpetrado en el conflicto de los Balcanes (1991-1995). El dictamen es el resultado de las denuncias que presentaron ambos países entre 1999 y 2010, pero, según los jueces, ninguno probó que "los crímenes denunciados se encuentren dentro de lo estipulado por la Convención para la Prevención y Sanción del Genocidio, de 1948".

"El genocidio presupone la intención de destruir un grupo, al menos en parte", explicó el presidente de la CIJ, Peter Tomka, en una audiencia pública en La Haya. Sin embargo, sostuvo, que si bien las dos partes cometieron crímenes, no lo hicieron con el objetivo de destruir al otro grupo étnico, sino con el objetivo de "desplazarlo por la fuerza".

Este no es el primer caso en que la Corte se pronuncia sobre el conflicto. En 2007, declaró libre del cargo de genocidio a Serbia por la masacre en Srebrenica, en Bosnia, donde las fuerzas serbias asesinaron en 1995 a casi 8.000 musulmanes, a los que luego enterraron en fosas comunes. De todos los crímenes cometidos durante la contienda, el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia sólo calificó como genocidio esa matanza y declaró como responsable al ex líder serbobosnio Radovan Karadzic y al ex general serbio Ratko Mladic.

La guerra en los Balcanes se generó por los enfrentamientos en el territorio de la antigua Yugoslavia entre 1991 y 1999, producto de conflictos políticos, económicos y también étnicos, entre los serbios por un lado y los croatas, bosnios y albaneses por el otro. También, entre bosnios y croatas en Bosnia-Herzegovina.

Todo comenzó en 1991 tras la proclamación de independencia de Croacia respecto de Yugoslavia (ver infografía), lo que llevó a un "contagio" en el resto de repúblicas yugoslavas, desencadenando una feroz guerra entre las fuerzas croatas y serbias, apoyados por Belgrado. Se estima que el conflicto serbo-croata dejó 20.000 muertos. En total las guerras dejaron más de 130 mil muertos.

LA DEMANDA

En 1999, Zagreb llevó a Belgrado ante la CIJ, por la destrucción de la ciudad de Vukovar en 1991 y las limpiezas étnicas cometidas al inicio del conflicto. Un total de 13.500 croatas murieron y cientos de miles tuvieron que abandonar sus hogares durante la guerra. Zagreb pidió a la CIJ que ordenara a Belgrado el pago de "indemnizaciones financieras" por el costo humano y material del conflicto.

Serbia replicó en 2010 con su propia denuncia, acusando a Zagreb de genocidio por la ofensiva croata que puso fin a la guerra en 1995 y que, según argumentó, obligó a 200.000 serbios a huir de sus casas. Además, pidió igualmente indemnizaciones para los serbios de Croacia, y exigió que Zagreb dejara de celebrar como día feriado el 5 de agosto, aniversario del triunfo de la "Operación Tormenta".

Tras conocer la decisión, el primer ministro croata, Zoran Milanovic, manifestó su molestia. "No estamos contentos con la decisión de la Corte, pero la aceptamos de forma civilizada. Tenemos que aceptar la decisión, es definitiva y no hay posibilidad de apelar", dijo Milanovic.

El Presidente serbio, Tomislav Nikolic, por su parte, confió en que "en el futuro, Serbia y Croacia tengan la fuerza de resolver conjuntamente todo lo que obstaculiza la posibilidad de instaurar un periodo de paz duradera".

Sin embargo, algunos analistas advirtieron que la sentencia tiene potencial para servir a ambos países como pretexto para nuevos debates sobre quién fue víctima y quién agresor.

De todos modos, Dejan Jovic, profesor en la Universidad de Zagreb, dijo a la BBC, que este "sobrio veredicto, podría traer más equilibrio, si hay buena voluntad política para terminar la eterna discusión sobre las guerras en los 90". El corresponsal de la BBC Guy Delauney señaló que hay pocas razones para celebrar tanto en Belgrado como en Zagreb.