Los Juegos Sudamericanos Santiago 2014 se presentaron como un desafío que Chile tomó muy en serio. El Gobierno oporto más de US$ 50 millones para su realización; un tercio de esa inversión fue destinada a la construcción de nuevos recintos para albergar las distintas disciplinas de la competencia subcontinental.
Cada uno de los centros que se construyeron fueron equipados con lo necesario para poder albergar el más importante certamen internacional realizado en el país durante los últimos años.
"Eso vino a cubrir una deuda histórica del país con sus deportistas, que no tenían dónde desarrollarse", dijo a La Tercera el miércoles pasado, el presidente del Comité Olímpico de Chile, Neven Ilic.
En la actualidad, cada uno de los recintos está siendo utilizados durante todo el día, por lo que se han debido restringir los horarios tanto de los entrenamientos de los deportistas como de algunos talleres abiertos a la comunidad.
El gran recibimiento de la ciudadanía en los Juegos se vio reflejada en la alta convocatoria a cada uno de los eventos. Al respecto, Ilic comentó que "con los Juegos nos quedó muy claro que la gente quería ver deportes y, por lo mismo, queremos complementar el uso de las instalaciones por parte de los deportistas con otros eventos, como el Campeonato Panamericano de Ciclismo y Ruta", agregando además que están evaluando la posibilidad de poder traer a Chile una Copa del Mundo de Ciclismo para 2015. Para eso cuentan, por cierto, con el Velódromo de Peñalolén, que implicó la mayor inversión en infraestructura para el certamen sudamericano.
El directivo afirmó que con el gobierno han acordado no descuidar estos recintos deportivos, para que así los deportistas cuenten con espacios y condiciones adecuadas para cumplir con sus necesidades. "Con el gobierno hacemos una inversión cercana a los 450 millones de pesos anuales en la mantención del Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO ), mientras que la mantención de otros recintos, como el Centro de Alto Rendimiento (CAR), corre por cuenta del gobierno".