Desempleado y deprimido, Robert Samuel recurrió a Craigslist. Era el día de 2012 en que se lanzaba el iPhone y, con la intención de ganar algunos dólares, Samuel se ofreció a guardarle el lugar en la fila a un fanático de Apple por US$100. La fiebre de Apple era fuerte, y Samuel rápidamente encontró un comprador para su servicio y corrió a la tienda de la Quinta Avenida de Nueva York. El hombre que lo contrató finalmente pudo comprar el teléfono inteligente online, pero le pagó de todos modos.
"Iba a irme", recordó Samuel. "Pero fue un cliente el que me impulsó a quedarme" al proponerme: "¿Por qué no vendes tu lugar?"
Samuel se dio cuenta de que había tropezado con un plan para ganar dinero y llamó a sus amigos para que se unieran a él en la fila. Al final del día, el grupo había vendido cuatro lugares y cinco cajones de leche, que los agotados aficionados de Apple compraron para sentarse. El día de espera le dio a Samuel el dinero suficiente para comprar su propio iPhone 5.
"Siempre me defino como un empresario accidental", dijo Samuel, de 41 años. "Esto no tenía razón de ser". Hoy día, es el máximo ejecutivo de Same Ole Line Dudes LLC, un servicio profesional para hacer fila con decenas de empleados, todos contratistas independientes.
Nacido en Brooklyn, Samuel asistió a las escuelas públicas de la ciudad y dejó la Universidad Pace tres semestres antes de su graduación. Pasó su carrera trabajando en una serie de empleos de servicio al cliente, venta minorista y seguridad que, según él, lo prepararon para el negocio de contacto directo con el cliente que ahora dirige.
Same Ole Line Dudes, o Line Dudes para abreviar, cobra US$25 por la primera hora de espera y US$10 por cada media hora adicional. Hay un mínimo de dos horas y un recargo de US$5 por hora por mal tiempo, ya sea por temperaturas inferiores a cero o de alrededor de 38 grados. Los asistentes que hacen fila reciben el 60% de la tarifa, además de las propinas. Line Dudes recibe de 60 a 100 pedidos por mes y experimenta un aumento en verano por los turistas.
Al principio, Samuel no estaba seguro de que el negocio fuera sostenible. No fue hasta el verano de 2013, un año después de hacer fila por el iPhone, que empezó a usar activamente la cuenta de Twitter de Line Dudes que había creado unos meses antes. "Ni siquiera me tomaba en serio", dijo. "Estaba tirando pintura contra la pared y decía que era algo cuando se secaba".
Entonces se inventó el Cronut.
El negocio de Samuel creció cuando Dominique Ansel, un chef de repostería de renombre mundial, combinó el croissant con el donut y empezó a vender una cantidad sumamente limitada en su panadería del SoHo. Todos los días, Samuel publicaba en Craiglist que se ofrecía a hacer la fila para comprar el producto. Como aparecieron más clientes de los que podía manejar, reclutó a sus amigos para que hicieran cola por él, ya que la panadería limitaba la cantidad de Cronuts por cliente. Cobraba US$60 por comprar y entregar dos Cronuts, que se vendían al por menor por US$5 cada uno.
Los periodistas se dieron cuenta de que Samuel y sus amigos estaban en la panadería todos los días y su servicio de hacer fila apareció en los medios locales. Una vez entregó Cronuts a un cliente de Baltimore, que le pagó el viaje de ida y vuelta en ómnibus.
A medida que se difundía la noticia, "la gente empezó a llamarnos para pedirnos otras cosas", dijo Samuel. Comenzó a hacer fila para las grabaciones de Saturday Night Live, para oradores famosos, para cualquier cosa que diera lugar a una cola. Para principios de 2014, Samuel había lanzado un sitio web para reservas, pero todavía no estaba seguro de dejar su empleo habitual. Finalmente hizo de Line Dudes su trabajo de tiempo completo en enero.