"No soy un héroe. Yo estaba en el lugar correcto en el momento adecuado", afirma a sus 75 años el ex teniente coronel soviético Stanislav Petrov. Pero la decisión que adoptó hace 31 años bien lo podría elevar a esa categoría. Literalmente fue el hombre que salvó al mundo de un desastre nuclear, según retrata un documental recién estrenado en Reino Unido.
"Pocos saben de Stanislav Petrov... pese a que cientos de millones de personas están vivas gracias a él", afirma la promoción del filme The man who saved the world, del director danés Peter Anthony, y que cuenta con la participación de los actores Kevin Costner, Robert De Niro, Matt Damon y Ashton Kutcher, además de la aparición del fallecido hombre ancla de CBS News, Walter Cronkite.
La historia de Petrov sólo se hizo pública en 1998, cuando su comandante en jefe, Yury Votintsev, reveló detalles del incidente en sus memorias. Para entonces, Petrov estaba bebiendo mucho y luchando para cuidar de su esposa, que estaba muriendo de cáncer, asegura el diario londinense The Daily Telegraph. Ella sólo se enteró del heroísmo de su marido cuando un reportero del periódico moscovita Pravda se presentó un día en su casa para indagar sobre las revelaciones de Votintsev.
"Yo primero leí un pequeño artículo sobre él en un diario danés, y pese a que era una historia sorprendente, nadie había realmente escarbado en ella", dice Anthony. "Sentí como si me hubiera encontrado con Jesús cuando me abrió la puerta, pese a que estaba viviendo como una persona de la calle", comenta el cineasta sobre su encuentro con Petrov, quien -hoy viudo- vive en un pequeño departamento de dos dormitorios, a las afueras de Moscú.
El 26 de septiembre de 1983 Petrov estaba a cargo del búnker Serjupov-15, donde se coordinaba la defensa aeroespacial de la URSS. Su trabajo consistía en reportarle a sus superiores la detección de cualquier ataque desde Estados Unidos. El sistema de alerta le permitiría a la Unión Soviética aplicar una estrategia de represalia consistente en destruir a su atacante, aunque ello no evitara su propia destrucción. Era la época de la Guerra Fría y de la disuasión basada en la teoría de la Destrucción Mutua Asegurada.
Por esa época la paranoia cundía entre los líderes soviéticos, quienes habían llegado a creer que la retórica agresiva del Presidente norteamericano Ronald Reagan y las operaciones sicológicas ordenadas por Washington eran el preámbulo de un ataque contra la URSS. En ese ambiente de máxima tensión, el 1 de septiembre de 1983, los soviéticos derribaron un avión de la Aerolínea Coreana, con numerosos civiles a bordo, que había entrado erróneamente en el espacio aéreo de su país. La OTAN respondió con ejercicios militares.
A las 00.14 horas de ese 26 de septiembre un satélite dio la alarma: Estados Unidos había lanzado un misil balístico intercontinental desde una base de Montana. Alcanzaría la Unión Soviética en 20 minutos. "La sirena aulló, pero me senté allí durante unos segundos, mirando a la pantalla roja, grande, retroiluminada con la palabra 'lanzamiento' brillando en ella", dijo Petrov a la BBC en 2013, con motivo del 30° aniversario del incidente. "Un minuto más tarde la sirena sonó de nuevo. El segundo misil había sido lanzado. Entonces la tercera y la cuarta y la quinta. Las computadoras cambiaron de alertas de 'lanzamiento' a 'ataque con misil'", recordó.
"Estaba paralizado. Durante unos segundos no sabía qué hacer", reconoció Petrov, citado por el diario británico Daily Mirror. Tenía dudas: ¿Por qué un solo misil? Lo normal sería que el ataque fuera total, motivo por el que siguió sospechando que se trataba de un error. "Estaba 50/50 en cuanto a si era una alarma real o falsa. En esta situación, decidí que tal vez sería mi error, pero yo no quería empezar la Tercera Guerra Mundial", comentó.
Así, Petrov llamó al oficial de guardia en el cuartel general del Ejército soviético y reportó una falla en el sistema. "Veintitrés minutos más tarde me di cuenta de que no había pasado nada. Si hubiera habido un ataque real, entonces yo lo hubiera sabido. Fue un gran alivio", dijo a BBC esbozando una sonrisa.
Pocos días después, consigna la cadena británica, Petrov recibió una reprimenda oficial por lo que pasó esa noche. No por lo que hizo, sino por los errores en la bitácora. Tras el colapso de la URSS, la historia llegó a los medios, lo mismo que los premios internacionales para Petrov. "A menudo me dan la oportunidad de actuar de héroe. Pero Stanislav es un verdadero héroe de la vida real", dice Kevin Costner.