En 2006, el ingeniero informático de 34 años, Hervé Falciani, trabajaba en la sede del HSBC de Ginebra cuando descubrió cuentas millonarias respaldadas por flujos financieros de origen dudoso que estaban puestas en paraísos fiscales, con el objeto de evadir impuestos. Eran miles de millones en impuestos impagos. Por cobrar. En decenas de países.
Así lo revela el diario El País, en un reportaje que detalla el periplo de este "nuevo Assange" desde que descubrió la información, fue detenido en España, por tener una orden internacional de captura, hasta la espera por resolver su pedido de extradición a Suiza.
En el momento en que fue detenido en un aeropuerto español, en julio de este año la información de Falciani, casado y un hijo, "ha servido para destapar en toda Europa a miles de evasores fiscales y sacar a la luz cerca de 10.000 millones por los que no habían tributado. También en España. Berna lo considera un villano. Un ladrón", detalla el diario El País. "Sus abogados recuerdan que ese delito no existe en España. Al contrario. La ley obliga a denunciar todo indicio de blanqueo", agrega el medio.
Es descrito como un Robin Hood digno de protección, para los que la quieren aprovechar. "Una personalidad con claroscuros cuyas intenciones siempre han estado en tela de juicio".
"Los bancos privados no están sujetos a ningún control y violan las leyes internacionales", declara Falciani al diario italiano Il Sole 24 Ore en junio de 2010. "No es posible seguir los flujos de dinero y existe un sistema a escala industrial que usa las sociedades pantalla para esconder el dinero al fisco en paraísos fiscales", apunta.
El diario el País resume luego una serie de acontecimientos ocurridos en 2006 el el departamento financiero del importante banco con sede en Suiza, donde Falciani llegó en 2000 de la filial de Mónaco. Fue en marzo de 2008 cuando la Asociación Suiza de Banqueros (Swissbanking), la patronal del sector, lanza una alerta al descubir que falciani, utulizando un seudónimo, acude a un banco en Beirut para negociar una base de datos de clientes de bancos suizos. El 20 de diciembre de 2008, el francoitaliano y su compañera de viaje son detenidos e interrogados, según la fiscalía suiza. Tras ser puesto en libertad el informático se refugia en un poblado francés en la frontera con Italia, donde no puede ser extraditado a Suiza. Este país pide que registren el domicilio de Falciani, pero las autoridades galas se quedan con la valiosa información encontrada.
"El asunto desataría una crisis diplomática entre Francia y Suiza. Berna acusa a París de haberse quedado ilícitamente con unos datos robados. El gobierno suizo llega a amenazar con no ratificar un tratado contra el fraude fiscal entre ambos países que debía entrar en vigor al año siguiente, en 2010".
Pero hoy el caso de Falciani sirvió por ejemplo para que el Senado de EE UU hiciera pública su investigación sobre la falta de controles del HSBC para detectar el blanqueo de dinero y rastreó que "los cárteles mexicanos de la droga se servían del HSBC para introducir dinero en EE UU y que su filial americana llegó a transferir 1.000 millones de dólares al banco saudí Al Rajhi, al que cree relacionado con Al Qaeda", apunta el diario El País. "Varios ejecutivos del banco han pedido perdón públicamente y la entidad ha provisionado 2.000 millones de dólares para hacer frente a las sanciones que les puedan imponer".