Pyros se ha tomado la atención de los biólogos, es el oso "ardoso" del Pirineo, que tiene tal intensidad de vida sexual, que ha causado un gran problema debido a la consanguinidad.
De acuerdo a lo que informa hoy El País, el animal se aparea con todas las hembras, ya que copula hasta con sus hijas y nietas, esto a pesar de su edad.
Los miembros del proyecto de reintroducción del oso en la zona, Toni Batet y Xavi Garreta, realizan su trabajo habitual de recogida de muestras y de visionado de las imágenes de las cámaras automáticas —que se activan al detectar movimiento— instaladas en los árboles y explican que Pyros es un oso pardo esloveno capturado y soltado en el Pirineo en 1997. Desde entonces, ha campado a sus anchas mostrando una notable tendencia a monopolizar a sus congéneres femeninos.
Los biólogos esperaban que los ardores y la capacidad se le pasaran, pero, aunque ha llegado a la provecta —para un oso— edad de 27 años (29 es lo máximo registrado), Pyros sigue en la brecha.
"Pensábamos que se desinflaría, pero no", dice Batet, al mismo tiempo que agrega que "es un hecho que es un gran copulador".
La idea de que el oso es un animal de fuerte sexualidad viene de años atrás y puede atribuirse a la semejanza entre el plantígrado capaz de erguirse y el hombre. La zoología moderna tardó en desmentir que los osos copularan more hominum, cara a cara, y dedicaran a ello más tiempo que cualquier otra especie, en realidad lo hacen como los demás cuadrúpedos.
Dentro de unos meses, en el otoño de 2015, Pyros será sustituido por un nuevo ejemplar de oso pardo macho llegado desde Eslovenia. La superioridad de Pyros estaba haciendo muy difícil la reproducción de la especie al ser el único con el que se apareaban las hembras. Y por lo tanto, su genética corre por la mayoría de los ejemplares de la zona, algo que en los últimos años está resultando un problema.
Por el momento se están estudiando las vías para apartar a este ejemplar del resto. Medidas como la esterilización o la introducción en un ecosistema en cautividad.
