Richard Heene, un científico y cazador de tormentas, estaba en su casa en Fort Collins, Colorado, cuando su hijo mayor entró corriendo para avisarle que Falcon, de seis años, se había subido al globo de helio que tenía amarrado en el patio trasero.

Al salir Heene se dio cuenta que las amarras que mantenían su creación en tierra se habían cortado, y que el aparato -supuestamente con su hijo a bordo- se elevaba a gran altura.

Inflado con helio y con la forma de un hongo, el invento de Heene tenía como fin perseguir tormentas y registrar distintas mediciones meteorológicas, pero además, el científico esperaba poder patentarlo y venderlo como un futuro medio de transporte. El globo tiene la capacidad de alcanzar 3 mil metros de altura y una velocidad cercana a los 40 kilómetros por hora.

Al ser contactado por un medio local, Heene señaló que estaba impactado y rezando a la espera de recibir alguna noticia positiva sobre el paradero de su hijo.

El padre de Falcon formó The Science Detectives, una sociedad con Scott Stevens, ex lector del reporte del tiempo en un canal local, en el que informan sobre meteorología y los misterios de la ciencia.

Además la familia participó en el programa Wife Swap de la cadena ABC, la versión estadounidense de Intercambio de Esposas.