Hace una semana, el departamento de prensa de TVN decidió viajar a Argentina en busca de Ernesto Lejderman, un hombre que con solo dos años de edad fue entregado en adopción tras la muerte de sus padres, acribillados en el Valle del Elqui en época de dictadura.
Desde entonces, el equipo del programa El Informante de TVN comenzó las gestiones para reunir en un mismo set televisivo a Lejderman y al ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre: el hombre que lo fue a entregar a un convento para su adopción, y con el que sólo había coincidido durante el juicio.
"Sabíamos que lo que estábamos haciendo era un capítulo histórico desde muchos puntos de vista", cuenta a La Tercera Juan Manuel Astorga, conductor de programa. "Ver a dos personajes antagonistas, un militar y una víctima, no es un ejercicio común. Era interesante verlos frente a frente con sus dolores, sus recelos, las desconfianzas sobre un mismo hecho", continúa el periodista.
Para Astorga, el mérito fue de la productora ejecutiva del espacio, Andrea Vial, quien tuvo en sus manos la responsabilidad de reunir a ambos personajes.
Desde el miércoles 14 de agosto, Vial comenzó las conversaciones con ambas partes. "La idea era que vinieran sin ninguna condición. Es parte de la esencia del programa, que vengan, se sienten y respondan a todas las preguntas que se les hacen", señaló la productora a La Tercera. "Había dudas. Imaginamos que sus cercanos les decían que no lo hicieran", continúa y revela que recién ayer martes "tuvimos los 'sí' definitivos".
Pasadas las 22.15, ambos personajes llegaron al canal. Con apenas 10 minutos de diferencia, Lejderman ingresó a TVN junto a un amigo, seguido de Cheyre que llegó solo junto a un equipo del canal. El primer encuentro se dio en la sala de maquillaje, donde ya se encontraba Lejderman. Se saludaron, estrecharon sus manos y volvieron a tomar distancia. "Cheyre no tenía problema de estar con él (Lejderman), pero Ernesto no tenía muchas ganas de estar con Cheyre", señaló Andrea Vial.
Posteriormente, ambos arribaron al estudio, donde había un extremo silencio, tanto del equipo como de los invitados al programa que, como de costumbre, está compuesto de estudiantes universitarios.
"Ernesto estaba nervioso, creo que porque llegó acá sin conocer a nadie", cuenta Vial, recordando su primer encuentro con Lejderman: "Cuando llegó a Chile, le dije que nos sentáramos y nos miráramos. Le pedí que confiara, que no íbamos a buscar el escándalo ni que iba a haber nada escondido. No fue tan fácil en tan poco tiempo", cuenta.
Sobre la entrevista, el equipo descartó completamente hacerlos debatir. "No era el objetivo generar un show, pudimos hacerlo, pero se trata de un programa periodístico y no de parafernalia", señala Astorga.
Sin embargo, antes de la entrevista, el equipo también evaluó contar con la presencia de Héctor Salazar, abogado de Lejderman, pero posteriormente se descartó. "Si invitábamos a Héctor nos iríamos más por el lado del juicio", señaló Vial, por lo que el equipo desestimó su presencia en el programa. "A Cheyre no le habría gustado que estuviera pero, a pesar de eso, estuvo dispuesto", cuenta la productora y agrega: "Las aprensiones de Cheyre iban más por no sentarse en un lugar donde lo iban a crucificar. El tiene un punto, 'yo no soy el victimario', decía, 'soy parte de esta historia' y Lejderman así lo reconoce también".