La nominación de Arturo Vidal al Balón de Oro no es la única en la historia para el fútbol nacional. De hecho, el mismo volante figuró en la lista de candidatos del año pasado cuando, después de ganar la Copa América con la Selección, terminó en el 17º, con un 0,58 por ciento de las preferencias.

El mismo año, el de mayor presencia chilena, Alexis Sánchez logró el 10º puesto, la más alta figuración de un futbolista nacional, con un 1,18 por ciento de los votos. Lo respaldaban el título continental con la Roja y un gran inicio de su permanencia en el Arsenal inglés, en el que se consolidó como figura mundial.

En la preselección estuvieron Gary Medel, Eduardo Vargas y Claudio Bravo, otros de los pilares de la campaña que dirigió Jorge Sampaoli. El arquero estuvo envuelto en la polémica, pues fue uno de los jugadores que no votó. En la prensa española se especuló que la causa de su abstención se produjo porque no figuraría en la oncena ideal, en la que el arquero fue Manuel Neuer.

Hay más casos. En 1995, Iván Zamorano estuvo entre los finalistas. Venía precedido de su gran campañas en el Real Madrid, en el que logró la liga de ese año y se coronó como Pichichi. También le anotó tres goles en el clásico al Barcelona. Obtuvo el 27º lugar. Consiguió un voto como tercer mejor jugador a nivel mundial. Ese año, lo ganó el liberiano George Weah.

Otro emblemático, Marcelo Salas, figuró en dos ocasiones. En 1998 estuvo entre los cincuenta prenominados, pero no sumó votos, por lo que no llegó a la final. Ese año se coronó Zinedine Zidane. Al siguiente, en la versión que ganó Rivaldo, fue 26º. Obtuvo una mención como quinto mejor jugador del planeta.