Incomprensible e impactante. Una joven de 22 años con ocho meses de embarazo desapareció en Dakota del Norte, Estados Unidos. Se despidió de su madre porque iría donde unos vecinos del mismo edificio por unos momentos. Nunca más volvió. Sin embargo, tres días antes de encontrar su cuerpo, las autoridades hallaron en la casa de esos mismos vecinos, a su hija recién nacida.
Savanna Lafontaine-Greywind se despidió de su madre el pasado 19 de agosto. Ocho días después su cuerpo fue encontrado sin vida, envuelto en plásticos y colgado de un tronco, cerca de un río a pocos kilómetros de Fargo. Pero tres días antes del hallazgo del cadáver, en el apartamento de sus vecinos, las autoridades encontraron a un bebé: era la hija de Savanna.
Los vecinos identificados como Brooke Lynn Crews y William Henry Hoehn, fueron detenidos por los delitos de conspiración para matar, conspiración para secuestrar e información falsa. Pero por el momento las autoridades solo han podido demostrar que los dos sospechosos fueron los últimos en ver a Savanna con vida. La hipótesis que manejan de momento los investigadores, según The Washington Post, es una abducción fetal: forzar a la embarazada a dar a luz o extraer a la fuerza el feto de la madre.
"Lo único que quería era una vida con Savanna y mi bebé. Me lo han robado todo", declaró el novio de Savanna, Ashton Matheny, con quien planeaba mudarse el próximo mes. El joven, angustiado, se ha sometido a unas pruebas de ADN para confirmar que el recién nacido es en efecto su hija.