Primero fueron dos conciertos, cuyas entradas se agotaron en sólo 48 horas, a los que se sumó un tercero para el que tampoco quedan tickets disponibles. De esta forma, el próximo 20, 22 y 23 de mayo, en el Movistar Arena, Silvio Rodríguez se volverá a presentar ante su incondicional y numerosa fanaticada chilena, reviviendo una relación que se consolidó hace exactos 25 años, pero que se desarrolló desde  mucho antes a nivel subterráneo y lejos de los medios de comunicación oficiales.

"Entre los años 70 y principios de los 90 sus cassettes eran los que más circulaban de mano en mano en Chile. Pese a la posición política que él pueda tener, sus canciones siempre han sido transversales", asegura Alfredo Saint-Jean, quien ofició de productor general en el recordado concierto que el cubano dio en la capital el 31 de marzo de 1990, en el Estadio Nacional. Un show multitudinario y de carácter histórico, realizado sólo días después del retorno a la democracia.

Casi veinte años después de su primera vez en Chile -en el gobierno de Salvador Allende y junto a Pablo Milanés- y de 17 en que tuvo prohibida la entrada, el autor de Ojalá volvió a Santiago dos días antes de su show, el 29 de marzo de aquel año, gracias a la gestión del empresario del espectáculo Luis Venegas -actual dueño de la cadena TVI- y de un chileno residente en Cuba de apellido Mesa, según recuerda Saint-Jean.

Para el crítico musical Marcelo Contreras, el trovador  regresó a Santiago convertido el principal ícono del underground criollo. "Pese a que su música no era parte de las parrillas de las grandes radios, y que no tenía rotación en televisión, Silvio Rodríguez se convierte en la gran estrella pop de la clandestinidad. Para mucha gente, él vino a ocupar el espacio que dejó vacante la muerte de Víctor Jara", afirma.

Acompañado por la banda Irakere y el destacado pianista cubano Chucho Valdés -con quienes ensayó por dos meses- además de la chilena Isabel Parra, Rodríguez  dio un recital que es recordado hasta hoy, y que dio pie a un disco doble y a un especial que Televisión Nacional de Chile transmitió días después.

"Fue impresionante. Había 90 mil personas en el estadio. Yo creo que es el concierto de un artista solo que ha tenido más gente, sólo comparable al que dio Santana en el Parque Intercomunal", dice Saint-Jean, quien hace dos años se reencontró con el músico en el Festival de Cine de La Habana. Allí, según cuenta, "me dijo que el concierto de Chile de 1990 lo recordaba como una de las cosas más emocionantes de su carrera".

Sana costumbre

La de hace un cuarto de siglo no es la única presentación masiva del cubano en el país. De hecho, en su último show en la capital, en 2012, el cantautor reunió a cerca de 40 mil personas en el Estadio Monumental, y luego actuó en el Estadio Nacional como parte de la celebración de los 100 años del Partido Comunista.

Cinco años antes, en marzo de 2007, también repletó tres veces el Movistar Arena, como parte de una gira que incluyó un paso por el Teatro Municipal de Viña del Mar, además de un show en Talca que él mismo canceló, según explicó en su momento, por el alto costo de las entradas.