La incansable búsqueda de las víctimas que dejó el río Salado

Cada mañana, dos familias inician el rastreo de sus seres queridos en la desembocadura del cauce, que partió por la mitad a Chañaral. La policía, buzos y también una síquica, los ayudan en esa cruzada.




"Habíamos almorzado recién. Benjamín estaba jugando cuando comenzó a entrar el torrente a la casa, todos nos separamos, y lamentablemente, no lo  vimos más", cuenta Gubert Carrasco, padre del menor de ocho años que hoy, a 13 días del aluvión que arrasó con parte de la Región de Atacama, aún está perdido.

Carrasco, junto a una treintena de familiares, realiza un rastreo exhaustivo, todos los días, piedra por piedra, por la desembocadura del río Salado, cuya crecida partió por la mitad a la ciudad de Chañaral. En esa labor se topan con los parientes de Carlos Ortiz, quienes también realizan una pesquisa organizada para hallar a su cercano.

Según cifras oficiales entregadas anoche, tras la tragedia en el norte 26 personas han fallecido y 150 se encuentran desaparecidas. "Se han ido encontrando cuerpos todos los días o determinado que efectivamente algunas personas no habían desaparecido. Sin embargo, con bastante fuerza, existen estas dos familias que  están  en el lugar rastreando, buscando", comenta  Yerko Guerra, gobernador de la provincia.

Los familiares de Benjamín visten poleras con la imagen del niño estampada y se aferran a lo que ocurrió con su hermano Guillermo, de 10 años, quien fue hallado flotando en una tabla en la llamada "zona cero", lugar donde el cauce del Salado se une con el mar.  En esa área se pueden ver restos de algunas viviendas y los enseres que había en su interior, como colchones, sillas y ropa. Forman una gran capa flotante, que impide ver el agua.

"Quizás nunca más lo veamos, pero no podemos aún darlo por perdido, no hemos encontrado el cuerpo. Por eso no dejamos de trabajar por él", dice el hermano mayor de Benjamín, llamado igual que su padre, quien viajo desde La Serena a colaborar en la búsqueda.

Las labores de ambas familias comienzan temprano y a ellas se suman efectivos de Carabineros, de la PDI, de Bomberos, buzos y también  una síquica, quien llegó desde la Región de O'Higgins.

Danilo Rojas, buzo experimentado de la comuna de San Antonio, viajó hace una semana a la zona para sumergirse, entre el lodo y los escombros, y ayudar a averiguar si existen restos humanos. "Es difícil porque hay mucho barro", cuenta y recalca que no se pude comparar el escenario actual con el tsunami del 27/F, donde él encontró cinco cuerpos. "No había tanto material como ahora, que sigue llegando barro desde el cauce", describe.

Mientras los funcionarios de la policía realizan una búsqueda técnica, los familiares de los extraviados caminan con varillas, palos y fierros, enterrándolos en la capa de madera, piedras y lodo que se formó en la desembocadura. "No tenemos miedo de recorrer, mirar y encontrar otros cuerpos, porque estamos seguros de que él está vivo", sostiene Genaro Ortiz, hermano de  Carlos. Según averiguó, él estaba en el lecho del río, junto a algunos camiones, cuando fue arrastrado por el caudal. Nadie más lo volvió a ver. Carlos era transportista, sus parientes lo describen como un hombre fuerte.

Con un tono de voz triste, pero con esperanza en sus ojos,  Genaro Ortiz cree que su hermano podría estar  con vida en otro lugar, quizás aferrado a una roca, tal vez, en la costa de otro poblado. Vivo. "No nos iremos de acá hasta poder saber de él, no lo podemos dar por perdido, jamás lo haremos", agrega su otro hermano Daniel, quien llegó desde Calama. Mientras, se sienta un minuto a descansar, compartir un cigarro y conversar con los otros parientes. Es mediodía y la búsqueda no se detiene.

Según Raúl Bustos, jefe nacional de Operaciones USAR (búsqueda y rescate urbano) de Bomberos, existen diferentes niveles para enfrentar la búsqueda, donde el máxima es el nivel 5, etapa en el que se remueven capas de barro o escombros. "En el norte aún se está en nivel 3 y 4, es decir se rastrea, se usan varillas; prueba de ello es lo ocurrido en Chañaral, donde en el Supermercado Zamora encontramos una persona donde, para llegar a su cuerpo, tuvimos romper un segundo piso (...). Podemos demorarnos cuatro días en buscar a alguien, no es fácil, pero agotamos esfuerzos", dice.

Bustos añade que "el gobierno de Canadá enviará equipos todo terreno" para realizar búsquedas cerca del río Diego de Almagro".

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