"Estoy feliz, pero en realidad no debería estar aquí". Estas fueron las primeras palabras de Rob Konrad, ex jugador de la NFL, frente a los periodistas  que se disponían a oír su increíble historia de sobrevivencia. El ex deportista, quien militó desde 1999 a 2004 en los Miami Dolphins, debió nadar más de 14,5 kilómetros después de haberse caído de su bote mientras pescaba frente a Palm Beach, en Florida.

El lunes, Konrad apareció para ofrecer una conferencia de prensa donde narraba su última vivencia. De todas formas, y antes de emitir alguna palabra, su aspecto frágil dejaba en claro lo duro de la odisea: el ex deportista caminaba con dificultad y necesitó de ayuda para llegar a sentarse frente a los micrófonos.

El 7 de enero, el hombre de 38 años salió a pescar a bordo de su bote de 9,5 metros de eslora. Cuando ya se había alejado más de 14 kilómetros de la costa, una ola golpeó la embarcación y lo arrojó al mar. El barco estaba con el piloto automático activado, así que continuó con su rumbo, dejando a Konrad en el agua. "Es la pesadilla de cualquier navegante. Enseguida me di cuenta de que tenía un problema muy serio", explicó el norteamericano.

En ese momento se convenció de que tenía que salvarse por su propia cuenta ya que un rescate era prácticamente imposible.

Konrad nadó por cerca de 16 horas hasta que divisó las luces de la costa. Sin embargo, aún no estaba a salvo. "Me mordieron innumerables bichos y algunos tiburones comenzaron a dar vueltas a mi alrededor. Muchas cosas flotaban aquí y allá, probablemente medusas, y algunas brillaban".

La desesperación iba en aumento, sobre todo porque dos veces pudo haber sido rescatado. Sin embargo, ni el helicóptero ni el barco de salvamento que pasaron a metros de él pudieron divisarlo. Konrad, además, estaba demasiado débil como para hacer señas.

Pese a todo pudo llegar a la costa. "No podía caminar. Mi cuerpo se sacudía de forma incontrolable. Me arrastré lo lejos del agua que pude y en cuanto fui capaz de andar llamé a la primera puerta que encontré".

El hombre fue encontrado por las autoridades médicas con principio de hipotermia, por lo que debió ser trasladado a un hospital cercano. En aquel lugar leva casi una semana en recuperación y aún deberá permanecer hospitalizado.

Pero su barco corrió peor suerte. La embarcación fue hallada luego de encallar en un arrecife cerca de la isla Gran Bahama, en un sitio que se conoce con el inquietante nombre de Arrecife del Hombre Muerto.