Aunque la gloria que Rory McIlroy alcanzó este domingo, al ganar el British Open, parece suficiente, y más allá de que el premio económico que se embolsó, el padre del golfista norirlandés tuvo más motivos para celebrar. Hace casi una década, Gerry apostó, en un pequeño local de su natal Holywood, a que su por entonces adolescente hijo deportista se quedaría con el Abierto británico antes de cumplir 26 años. Y así fue, justo al límite de cumplirse el límite de edad impuesto en la jugada, el premio adicional fue de 220 mil euros.
Hace una década, Gerry McIlroy, desafiado por tres amigos que ponían en duda la calidad del ahora ganador de tres majors, puso cien libras al igual que sus compinches, apostando en total unos 450 euros, a que Rory ganaría el British Open antes de cumplir 26 años. Pasaron los años y es probable que hasta hayan olvidado la apuesta, pero sigue vigente. De hecho, éste era el último año que podían ganarla, ya que McIlroy cumplirá 26 el próximo mes de mayo.
Con quince años, Rory ya era un jugador amateur muy destacado, pero aún su cotización era potente, pagando 500 a 1 en ese momento. Es decir, con McIlroy levantando la Jarra de Clarete del Open, su padre no sólo se llevó una inmensa alegría, sino que se embolsó junto a sus amigos algo más de 220.000 euros.
Si bien algunos ponen en duda la veracidad de la apuesta y su concreción, debido a las estrictas normas contra las apuestas de parientes, todo indica que los McIlroy, y los amigos de Gerry, tienen múltiples motivos para celebrar este Open.