La inflación bajó una décima en agosto en el  Reino Unido para situarse en el 2,5% interanual, según datos divulgados el  martes por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).

Esta bajada del Índice de Precios al Consumo (IPC) con respecto al 2,6%  interanual registrado en julio, en la línea de lo que esperaban los analistas,  se debió a un aumento menos importante que hace un año de los precios del gas y  la electricidad, así como de la ropa y de los muebles para el hogar.

"Estos fueron parcialmente compensados por una presión al alza del  transporte, en particular de los carburantes", agregó la ONS en un comunicado.

En términos mensuales, el Índice de Precios al Consumo (IPC) creció un 0,5%  en agosto con respecto a julio.

La inflación británica estableció un mínimo en 31 meses en junio, con 2,4%,  después de haber tocado un máximo de 5,2% en septiembre de 2011, pero desde  entonces volvió a subir ligeramente cuando el país continúa sumido desde hace  tres trimestres en una recesión.

El Banco de Inglaterra (BoE) dijo esperar en sus últimas previsiones  publicadas el mes pasado que el IPC se sitúe por debajo del objetivo oficial de  2% a finales de 2013.