Durante años, Donald Trump gestionó sus negocios en familia poniendo a sus hijos en el centro de la Trump Organzation, la compañía que controla su imperio.
Esperando que con su llegada de la Casa Blanca esto cambiara, ocurrió precisamente lo contrario. La influencia de su familia ha aumentado, potenciando las acusaciones de nepotismo y conflicto de interés.
Ivanka Trump y Jared Kushner, los consejeros
Ivanka, la hija del mandatario, tiene su propia oficina en el Ala Oeste de la Casa Blanca: cuenta con acceso a información confidencial y dispositivo de comunicaciones autorizados por el gobierno.
Esta ex modelo y empresaria, bautizada como "primera hija" tiene una fuerte presencia dentro de la administración. A menudo se le ve participando en los encuentros y llamadas telefónicas de su padre, ya sea con líderes mundiales jefes de empresas o astronautas de la Estación Espacial Internacional.
Desde finales de marzo que se consolidó su estatus de consejera, cargo que la llevó a realizar su primer viaje internacional a Berlín, donde se reunió con las mujeres del G20 y tuvo que defender a su padre.
Su esposo, Jared Kushner, quien se hizo millonario gracias a los negocios inmobiliarios al igual que Trump, es uno de los consejeros más cercanos del mandatario junto a Steve Bannon y Reince Priebus.
Pero la salida de Bannon del Consejo de Seguridad Nacional, parece haber dado más poder a Kushner, quien viene de una familia judía ortodoxa cercana a los demócratas.
El yerno presidencial ejerce influencia en los temas políticos como en las relaciones internacionales. Analistas afirman que organizó el encuentro entre Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, en abril. Días antes, Kushner se reunió con el primer ministro iraquí en Bagdad.
Donald Jr y Eric Trump, los guardianes del imperio
Ambos son hijos del primer matrimonio del mandatario y luego de que su padre se transformara en el 45 presidente de Estados Unidos, tomaron el liderazgo de la Trump Organization.
Ellos son los encargados de viajar por el país y exterior para inaugurar los lujosos hoteles y campos de golf bajo la bandera de "Trump".
"Tal vez estamos aquí por nepotismo, pero no es por nepotismo que nos quedamos. Si no hiciéramos bien nuestro trabajo, créanos que ya no estaríamos aquí", precisó Eric a la revista Forbes.
Melania Trump, el misterio
La tercera esposa del presidente es una interrogante de esta familia. Si bien, es la Primera Dama de Estados Unidos, su rol se ha visto opacado por el de Ivanka.
Desde la investidura que prácticamente no ha puesto un pie en la Casa Blanca y sus apariciones son contadas, ya que prefiere esperar a que su hijo Barron, de 11 años, termine sus estudios en Nueva York para luego mudarse a Washington en el verano boreal.
Las especulaciones abundan sobre su supuesto rechazo a asumir el tradicional papel, sin embargo, durante la campaña presidencial aseguró estar comprometida contra el ciberbullying entre los adolescentes estadounidenses.
Atenta a todo, Melania dio a Trump y discreto golpe durante la celebración de Pascua para recordarle que debía poner su mano en el corazón mientras se entonaba en himno nacional.