El factor islámico está en el centro del debate desde hace mucho en Francia. Desde la legislación para prohibir el uso de la niqab y la burka, hasta el avance electoral del islamófobo Frente Nacional, pasando por el nuevo libro de Michel Houellebecq y el reclutamiento de franceses por parte del Estado Islámico (EI), el grupo yihadista que opera en Irak y Siria. Pero el ataque contra la revista Charlie Hebdo, que ha jugado un papel importante en ese debate, viene a golpear a la sociedad gala como una explosión, y obligará a muchos, que observaban la polémica con indiferencia, a asumir una posición.
Francia, el país con la mayor población musulmana de Europa Occidental, está desde hace varios años en el ojo de la tormenta por el incremento de la islamofobia, en parte avivados tras los atentados de septiembre de 2001. Incluso con el argumento de respetar la identidad de la república y los principios de laicidad, en 2010 se legisló para prohibir el uso en espacios público de la vestimenta tradicional musulmana femenina que cubre casi o por completo el cuerpo de la mujer, aunque se calculaba entonces que sólo unas 250 mujeres eran las que la usaban.
En tanto, la líder de Frente Nacional, Marine Le Pen, quien es partidaria de medidas migratorias más estrictas a las actuales, no ha cesado en sus comentarios contra los musulmanes, como cuando en 2010 dijo que ellos protagonizan en partes del país una "ocupación en toda regla", aunque sin "soldados" o "blindados", mediante sus oraciones en público en la calle. Y el año pasado, el Frente Nacional anunció la eliminación, en las 11 ciudades donde gobierna, de los menús específicos que ofrecen los colegios para musulmanes, alegando que un país laico no debería aceptar ninguna "exigencia religiosa". Le Pen dijo ayer que "se debe proclamar alto y fuerte el rechazo absoluto al islamismo radical". El FN fue el partido más votado en las elecciones europeas de mayo con un 26% y se cree que ese arrastre podría extenderse a 2017.
Los cálculos sobre la población musulmana en Francia oscilan entre 5% y 10% de la población total y otros estudios la sitúan entre cuatro y seis millones de habitantes. Lo que sí está claro es que la gran mayoría son originarios de Argelia y Marruecos, dos ex colonias francesas que lograron su independencia en 1962 y 1956, respectivamente.
Desde hace algunos años los dirigentes de la comunidad musulmana denunciaron el aumento de la islamofobia en Francia y pidieron que se "respete" al islam como se respeta a otras religiones. "Dado el aumento de actos islamófobos y del racismo antimusulmán, deseamos una declaración solemne del Presidente de la República" condenando esos ataques, de la misma forma en que condena el antisemitismo, declaró Abdellah Zekri, del Consejo Francés del Culto Musulmán, en 2012.
Sin embargo, el resurgimiento de la amenaza yihadista, que hasta ayer se había exhibido fuera de las fronteras del país, volvió a sembrar desconfianzas. Especialmente con el crecimiento del Estados Islámico (EI) y el reclutamiento de combatientes franceses. Así, en dos videos, en septiembre y noviembre, militantes del EI apelaron -hablando en francés- a sus compatriotas musulmanes a sumarse a la yihad.
A fines del año pasado, las autoridades calculaban que había más 1.100 franceses vinculados a la redes yihadistas, de los cuales alrededor de 380 se encuentran actualmente en Siria e Irak.