La incertidumbre que rodea el estado actual de la relación entre el presidente francés Francois Hollande y su pareja oficial Valerie Trierweiler se lleva la atención de los medios de comunicación. En el primer viaje al extranjero de Hollande luego de que se revelara su affaire, el mandatario aseguró que la primera dama se encontraba bien y que estaba descansando en el pabellón de La Lanterne.
La sola confirmación de que Trierweiler se encuentra recuperándose de su crisis de ansiedad en la residencial estatal parece confirmarle a los franceses que la pareja oficial del presidente, al menos por el momento, aún goza de los privilegios de ser la primera dama, de acuerdo a una publicación del diario El Mundo.
En La Lanterne no le faltara nada e incluso podrá disfrutar de su piscina y de la prodigiosa luz que ilumina todo el día gracias sus 36 ventanas. Lo que le da el nombre que significa La Linterna, en español.
El domicilio, anexo al parque Château de Versalles, fue construido por orden de Luis XVI en 1787 como un regalo al Conde de Nouailles. Hoy es el predilecto por los jefes de estado y de gobierno para realizar sus escapadas de fin de semana.
El ex presidente Sarkozy estuvo por primera vez en La Lanterne como invitado de Jean Pierre Raffarin cuando ejercía como Ministro del Interior. Tuvo que ser una primera gran impresión, pues apenas tuvo las facultades de presidente, le asignó la residencia al Eliseo.
Como consiga El Mundo, Sarkozy pasó días tras las puertas de La Lanterne planeando un primer gabinete que incluyera a ministros de todas las ideologías.
Fue el lugar que eligió para su luna de miel con su segunda esposa, Carla Bruni, quien luego celebró su cumpleaños número cuarenta en el pabellón versallesco.
De acuerdo a El Mundo, para indignación del diario Libération en 2012 el socialista Francois Hollande prolongó los derechos presidenciales sobre la propiedad. El diario consideró de mal gusto que un presidente de izquierda pasara sus noches en Versalles.
Tanto disfrutaba Hollande de La Lanterne que en el verano en que Valerie se fue a la tradicional residencia estival de los jefes de estado galos en la Costa Azul, el presidente optó por quedarse solo en La Lanterne.
Ahora sólo falta saber si meses más tarde La Lanterne seguirá siendo el lugar donde Trierweiler, gozando los privilegios de ser primera dama, escriba su crítica de libros semanal.