En medio de una fuerte ola de protestas y una tensión internacional que va en aumento, el gobierno venezolano de Nicolás Maduro comenzó este jueves el proceso para retirar a su país de la Organización de Estados Americanos (OEA).
La medida del Ejecutivo venezolano no tiene precedentes desde la creación de la organización, en 1948. Es la primera vez que un miembro de la OEA inicia un procedimiento para retirarse del organismo. Cuba fue expulsada en 1962 por identificarse "como un gobierno marxista leninista", incompatible con los principios del Sistema Interamericano. Sin embargo en 2009 los países miembros de la OEA anularon esa suspensión impuesta hacia la isla, pero La Habana no ha querido reintegrarse.
Es por estas razones que la decisión del gobierno chavista -tomada luego que el Consejo Permanente de la OEA aprobara una reunión de cancilleres sobre la situación en Venezuela- deja un escenario de incertidumbre.
Lo que sí se tiene claro es que la salida de Venezuela de la OEA no se concretará de inmediato. Luego que la secretaría general del organismo reciba la notificación del demandante (Venezuela) y después de 24 meses, el país quedará desligado de la organización. Este debe cumplir con ciertas obligaciones y responsabilidades antes de retirarse, que pueden ser de carácter económico, político y social.
En el caso de Venezuela, el país acumula una deuda desde 2015. Eso. sin incluir la cuota de 2017 que es de US$ 1,8 millones. De esta forma el país debería pagar US$ 8,7 millones para retirarse de la organización.
Por otra parte, la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, aseguró que el país no participará de ninguna reunión de la OEA. Sin embargo, en el período de dos años en los que Venezuela siga siendo parte del organismo, debe apegarse a los principios y reglas de la Carta Democrática. Los países miembros podrán seguir debatiendo sobre la situación en Venezuela y cualquier resolución adoptada debe ser respetada por el gobierno chavista. Esto incluye por ejemplo, una posible activación de la Carta Democrática Interamericana.
Han surgido dudas también sobre si Maduro puede decidir la salida de la OEA unilateralmente, sin aval de la Asamblea Nacional (Parlamento), liderada por la oposición.
Hasta oficializar la salida, el país sí podrá seguir recibiendo algunos beneficios como miembro de la OEA y también podrá seguir participando de las sesiones si así lo desea.
Por otra parte, abandonar el organismo implica también dejar los entes creados por la Carta de la OEA. Estos incluyen la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, el Comité Jurídico Interamericano y la Organización Panamericana de la Salud. Este último organismo por ejemplo, ofrece a sus miembros medicinas a un precio menor a través de un fondo común. El país ya había abandonado en 2013 la Corte Interamericana de los Derechos Humanos.
La decisión del gobierno venezolano abre un nuevo capitulo de tensiones entre Caracas y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien acusa a Maduro de convertir el régimen del país en "una dictadura". El organismo hemisférico ya había subido el tono a comienzos de abril, al adoptar una resolución que establece que en Venezuela se violó el orden constitucional cuando el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se adjudicó funciones de la Asamblea Nacional. La resolución del TSJ, que fue revertida, provocó una ola de protestas que ya ha provocado la muerte de 29 personas.
Durante este período también, Almagro ha criticado duramente al oficialismo, exigiendo elecciones libres, la liberación de los presos políticos, autonomía parlamentaria y el cese de la represión en las manifestaciones.
"Esto (la renuncia de un país a la OEA) no había ocurrido nunca antes. Es un proceso complejo y muy largo. Más que nada tiene un impacto político. El gobierno venezolano no quiere el escrutinio, no quiere que se hable de lo que sucede aquí, ya que solo el hecho de que se hable, es una derrota. Por eso quieren salir antes. Para no prestarse al escrutinio mundial. A nivel internacional obliga a los países a actuar con mayor firmeza porque ya no hay una instancia donde puedan hacerlo en conjunto", aseguró a La Tercera el analista venezolano Miguel Velarde.
En este contexto, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comentó que "Venezuela es un lío". "Estoy muy triste por Venezuela, muy triste de ver lo que ha pasado. Es una situación muy triste", aseguró a los periodistas.