Histórico

La latente amenaza del volcán Quizapú

Aunque no hay indicios de que pueda explotar y no tiene la reputación del Villarrica o el Llaima, su erupción en 1932 es una de las más violentas en la historia del país.

Su nombre no tiene un significado en otra lengua ni le fue dado debido a alguna característica, sino que deriva de la respuesta que los lugareños le dieron a la primera expedición científica en estudiar el volcán: "Quizá(s) pu(es)".

Más allá de la anécdota de su nombre, el Quizapú -a 3.830 metros de altura- y ubicado entre los volcanes Descabezado Grande y Cerro Azul en la Séptima Región, fue protagonista de una de las mayores erupciones en la historia de Chile: fue en 1932-1933, cuando su ceniza cubrió por varios días el cielo de las ciudades al norte de la Región del Maule.

El volcán es uno de los objetos de estudio del geoquímico estadounidense Philipp Ruprecht,  del Lamont-Doherty Earth Observatory de la U. de Columbia.  "Este volcán es interesante por su gran erupción, pero también porque por su tamaño intermedio sirve para comprender cómo funcionan los volcanes, porque tiene un sistema simple, desde el punto de vista de los vulcanólogos", dice.

Pero también es interesante porque la erupción anterior a la de 1932-1933 ocurrió en 1846-1847, 86 años antes, y, aunque Ruprecht aclara que no porque hubo dos erupciones en un lapso de 80 años, hay una tercera viniendo, lo que es atractivo de estudiar.

"La periodicidad de las erupciones no suele ser regular, en parte, porque los sistemas volcánicos son extremadamente complejos y también como consecuencia de nuestra pequeña ventana de observación respecto de la historia de un volcán, que contempla algunos pocos siglos versus cientos de miles de años", explica Rodrigo Álvarez, director del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).

Ruprecht, que ha estudiado el pasado del volcán, señala que las erupciones registradas del Quizapú han sido similares en tamaño, "pero lo sorpresivo fue que fueron distintas: en la primera hubo flujos de lava a nivel más local, pero en 1932 fue pliniana", indica. Estas últimas, las más violentas, caracterizadas por la emisión de columnas eruptivas que alcanzan alturas superiores a los 25 a 30 kilómetros.

En la actualidad, el Quizapú no muestra señales de que podría hacer erupción en el corto plazo. "Está muy tranquilo. No ha sucedido nada en 80 años, no hay razón para creer que algo viene", dice Ruprecht. Solía haber gases saliendo, pero se detuvieron, dice. "No sabemos si es bueno o malo, lo que sabemos en esa área es que el sistema está claramente vivo, hay aguas termales que salen del terreno, eso es signo de que hay magma presente ahí", explica.

Según el experto, el volcán va a volver a hacer erupción, pero no es posible decir si será en cinco o diez años. "No creo que alguien lo sepa", dice, aunque destaca los avances que se han hecho en Chile para mantener supervisada la actividad de los volcanes. "Chile hizo muchas mejoras al sistema. Su red de vigilancia pienso que es una de las mejores en el mundo, comparable en algunas maneras con EE.UU., Japón e Italia. Estos cuatro países son los mejores monitores de volcanes en el mundo, debido a todas las erupciones que han ocurrido en los años recientes", dice.

Esa es una de las razones por las que está acá. Es uno de los científicos que han llegado atraídos por las seis erupciones que se registraron en Chile en los últimos siete años y quiere trabajar con científicos nacionales.

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