La libertad fue ayer uno de los grandes temas dominantes en la séptima jornada de colecciones de Prêt-à-Porter para Otoño-Invierno 2010-2011, desde Stella McCartney a Kenzo, Ungaro o Yves Saint Laurent.
La bandera de la libertad la ensalzó de prenda en prenda la modista británica Stella McCartney, con modelos aptos para un invierno... muy estival, en el que abundaron vestidos, blusas y chalecos sin mangas, minifaldas y transparencias.
Su pasarela se llenó igualmente de asimetrías, con largos diferentes por delante y por detrás, y hombros desnudos, en modelos cortados en diagonal.
Vestidos largos de fiesta, construidos sobre colores muy vivos, como el fucsia y el naranja; conjuntos grises de día, clásicos, cómodos y eficaces; escuetos vestidos, muy cortos, con escote palabra de honor, negros, beiges, transparentes, bordados y superpuestos entre sí, fueron otras características McCartney.
EMANUEL UNGARO
Ungaro tomó, por su parte, el hotel Westin, con unos diseños que retomaron visiblemente la esencia de la firma italiana, sus indispensables vestidos cortos drapeados, monocolores o estampados de colores vivos, adornados con cinturones también drapeados, pero en tonos muy contrastados.
La paleta dominante se llenó de mezclas de rosas, rojos, fucsias, verdes esmeralda, estampados de pequeños topos, y también de flores.
Los pantalones estrechos, muy sexies, a menudo negros, terminaban por encima de los tobillos, en contraste con los vivos colores de blusas escotadas, cinturones, chaquetas y zapatos.
La firma Ungaro no fue la única en ir en busca de sus orígenes y de su esencia más primigenia.
KENZO
Ese fue, justamente, el objetivo perseguido por el modisto italiano Antonio Marras, que este año celebrará al frente de Kenzo los 40 años de existencia de la firma.
Un aniversario evocado ya ayer de manera contundente y a la vez abstracta, en la escenografía de su pasarela, donde unos pilares metálicos de gran altura sujetaban una especie de arbustos también muy altos, pero sin hojas.
Efectivamente, eran sólo raíces, las sólidas raíces de una moda en plena evolución, que surgió del afán de Kenzo, el modisto japonés fundador, de ofrecer libertad indumentaria a sus clientas.
Eran los años 70, "cuando el espíritu de libertad era total por primera vez" y Kenzo lo interpretó con sus primeras colecciones de una moda cómoda, amplia, que permite gran libertad de movimientos al cuerpo femenino, explicó a la prensa el portavoz del modisto tras el desfile.
De ahí las raíces colocadas sobre el podium, que muestran cómo creció esa inspiración original hasta formar árboles que son en realidad raíces que ayer evolucionan "en un espíritu contemporáneo", añadió.
La búsqueda del modisto le llevó a reunir prendas muy masculinas como una americana o, mejor dicho, un traje pantalón de estilo sastre, que en lugar de combinarse con una simple blusa, se portará con vestidos de seda floreados en tonos contrastados.
Ponchos de rayas, estampados de flores, enormes vestidos-camisón, muy románticos, y en general formas muy holgadas, se combinarán el invierno que viene con bolsos también grandes y viajeros, siempre en colores invernales, rosas palo, gris, violeta, marrón, ladrillo, y por supuesto negro.
Accesorio indispensable será el sombrero, masculino, negro con cinta marrón o simplemente marrón, que acompañó prácticamente cada uno de los conjuntos presentados.
RETROSPECTIVA YSL
De otro lado, aunque ensalzada fuera de las pasarelas, la libertad Saint Laurent (1936-2008) se convirtió ayer en actualidad palpitante y en uno de los momentos principales del día en el terreno de la moda, con una retrospectiva presentada a la prensa en el Petit Palais.
Hasta el próximo 29 de agosto, se evocarán allí los 40 años de exitosa carrera del modisto, desde que en 1957 heredó precozmente la dirección artística de Christian Dior, a la muerte de su fundador, y conquistó la gloria liberando el cuerpo femenino de las rudezas del corsé.
La muestra, de dimensiones monumentales, reúne algo más de 300 modelos claves en su historia, además de un conjunto de vídeos sobre su trabajo, y algunos cuadros, fotografías y dibujos particularmente importantes en la trayectoria de este artista que fue el primero en ofrecer la sahariana, el esmoquin y el traje pantalón a la mujer.
El objetivo no es "resucitar" al maestro, que no ha dejado de estar presente, subrayó Pierre Bergé, cofundador de la firma y amigo de Yves Saint Laurent (YSL), quien resaltó, asimismo, que tampoco quiso proponer un "testamento" pues nadie en la actualidad puede recibir tal herencia.
La presentación coincidió con el desfile previsto anoche por el modisto italiano Stephano Pilati, al frente de la dirección artística de la firma YSL, hoy propiedad del grupo de lujo francés PPR.