Cuando en septiembre del año pasado, el Partido Nacional Escocés (SNP) perdió el referendo sobre la independencia de Escocia de Reino Unido, los políticos en Londres pensaron que el problema se había terminado. Sin embargo, casi siete meses después esta región vuelve a transformarse en un "dolor de cabeza". Esto porque la consulta provocó un auge de la colectividad, que ha multiplicado por cuatro sus afiliados, al punto que los sondeos predicen que conseguirá al menos 50 de los 59 escaños que Escocia tiene en la Cámara de los Comunes, lo que lo convertiría en la tercera fuerza política.

Y si a ello se suma que los conservadores y los laboristas se encuentran prácticamente empatados con 34%  y 33% de intención de voto, respectivamente, ninguno tendría una mayoría para formar gobierno, por lo que necesitarían los escaños de otros partidos para formar una coalición. Los nacionalistas escoceses cuentan con los escaños para un acuerdo y, de esa forma, son la "llave" en las elecciones del jueves.

No obstante, su poder se podría ver debilitado luego que el líder laborista, Ed Miliband, descartara formar un gobierno de coalición. "Déjenme ser claro: no voy a llegar a un acuerdo con el SNP, no vamos a tener una coalición", dijo a la BBC. Esto pese a que miembros de su partido creen que si quiere gobernar en forma efectiva debe llegar a un acuerdo con el SNP.

Ante esto, la líder escocesa, Nicola Sturgeon, dijo que era un error táctico de Miliband rechazar un acuerdo con ellos. A su juicio, con sus declaraciones, Miliband quería conquistar a los votantes ingleses y galeses, pero puede ir en desmedro de sus electores del norte. "Estoy enfrentando la realidad. Un gobierno de minoría no puede gobernar sin el respaldo de otros partidos. Ya sea que Ed Miliband acepte eso o no", dijo Sturgeon, según citó el diario The Guardian.

El líder laborista tiene problemas al interior de su partido, porque algunos personeros creen que Miliband no tendrá derecho a gobernar si gana 15 escaños menos que los conservadores. Incluso algunos sugirieron que debe renunciar si la colectividad consigue sólo 12 escaños menos.

Por otro lado, algunos analistas señalan que el primer ministro británico, David Cameron, ha alcanzado "un impulso" y, de acuerdo con The Times, planea continuar como jefe de gobierno aún cuando los conservadores no obtengan una mayoría en los comicios.

Miembros importantes del partido dijeron que Cameron está planeando declarar la victoria si los conservadores ganan más escaños que el resto, lo que -señalan- forzaría a los laboristas a realizar un acuerdo con el SNP. Cameron ha advertido que esa alianza sería "una calamidad" para el país.

Los conservadores esperan ganar, al menos, 290 escaños y aventajar a los laboristas en cerca de 20 asientos. Mientras que este partido espera que la ventaja sea de cinco a 10 escaños. Parlamentarios laboristas dijeron al Times que Cameron debería renunciar si no consigue una mayoría, lo que le daría una posibilidad a Miliband de formar un gobierno. Pero cercanos al primer ministro han dicho que no dimitirá a menos que sea claro que el laborismo tenga los votos suficientes. En cambio, se baraja una coalición con sus actuales socios de gobierno, los liberales demócratas y el Partido Unionista Democrático (DUP).

Y los liberales demócratas ya comenzaron a recibir  ayuda, debido a que ayer el líder del partido, Nick Clegg, aventajó por siete puntos (42%) a su rival laborista Oliver Coppard, en su distrito Sheffield Hallam, según un sondeo The Guardian /ICM Poll. El diario señaló que esto se debe a votos tácticos conservadores que pasaron al vice primer ministro.