Nicolás Peric cumplirá 39 años en octubre. A los 19, debutó por Rangers, el equipo de Talca, de la que es orgullosamente originario. Sus capacidades deportivas, unidas a sus excentricidades, lo han convertido en un personaje ineludible en el fútbol chileno. Tanto, que genera admiración y cariño mucho más allá de los hinchas de los siete clubes chilenos y tres extranjeros que ha defendido.
En la fecha pasada, derribó al iquiqueño Manuel Villalobos y fue expulsado. Contra todo pronóstico, no amagó el más mínimo reclamo. Se fue tranquilo, aunque cabizbajo, presintiendo la caída (1-3, en La Florida).
¿Incomoda que le llamen Loco?
No tiene mayor importancia. Hay gente que lo hace con mucho respeto y cariño. Después hay otros en que seguramente el tono y las formas en que lo dicen no serán las adecuadas. La locura es un estado mental, pero hay otros que son tan hue'ones que eso no se les pasará en la vida. Entonces no me importa, no tiene mayor relevancia. La locura es un poco poder disfrutar la vida.
¿Cómo vive el puesto de arquero?
Como un solitario. En el arco soy la última posibilidad de gritar un gol. A veces puedes ser héroe y al segundo, un villano. A veces no llegan nunca y la primera pelota es gol. Te sientes culpable. Es una posición complicada y hay que llevar esa presión; que alguien te diga que son payasadas, no es fácil asimilarlo.
Su figura trasciende a su equipo, ¿se siente un referente en Chile?
Es bien vista mi figura, pero es porque me he ganado el respeto con buenas actuaciones y con ser la calidad de persona que pretendo ser, por decir las cosas. Hace un tiempo el decir las cosas era mal visto. Ahora cambió radicalmente el pensamiento y hoy se valora que se tenga opinión. Eso del 'Loco' es porque decía lo que pensaba en un medio donde lo más importante era quedar bien con todos.
Ha jugado en 10 clubes y en la Selección, ¿cuál ha sido el mejor jugador con el que ha compartido?
Me tocó con Matías Fernández en su mejor momento. Era una locura, un talento impresionante. Con el Chupete Suazo, que trabajar definición con él era quedar parado en 10 de 10 intentos. Era frustrante. Con Luis Jiménez, cuando jugaba en el Inter de Milán. Con Carlos Villanueva en Audax; era darle la pelota a él y que jugara solo, que se los pasara a todos e hiciera el gol. También Franco di Santo, antes de que se fuera a Chelsea. En Argentina también me tocó con jugadores importantes, que me enseñaron muchas cosas. Es difícil poder elegir a uno.
¿Y rivales?
Mi primer gol como profesional me lo hizo Pablo Bengoechea, de tiro libre en un Rangers-Peñarol con el Fiscal de Talca lleno. Es uno de los tipos que mejor le ha pegado a la pelota. Ese es uno de los grandes orgullos que tengo. En Turquía me tocó enfrentar a Roberto Carlos, que estaba en el Fenerbahçe. Tiro libre que había te quería hacer el gol. Nunca me lo hizo, pero no sabes lo que era ver el efecto que agarraba la pelota. Poder agarrarla era impensado. Rogerio Ceni nunca en Copa Libertadores me pudo hacer goles jugando por Audax, también es un mérito.
¿Cuáles son las campañas que recuerda con más cariño?
La de Argentinos Juniors. Por lo que representó, por la calidad de gente que encontré. Por los chilenos que había en el cuerpo técnico y por los amigos que dejé. Dejé amistades bonitas en Argentina.
¿Qué diferencia tiene ese torneo respecto del que ganó con Cobresal?
Con Cobresal fue un torneo histórico, que difícilmente podrá vivir alguna otra vez, por todos los hechos que rodearon a ese campeonato.
Los clubes chilenos han tenido mal desempeño internacional. ¿Qué se necesita para mejorar?
No podemos competir mucho con los brasileños. Ayuda traer más jugadores del nivel como lo hacen los equipos más grandes. El roce es lo que me hace bueno. Hay equipos no tienen roce o la posibilidad de tener convivencia con jugadores grandes, que hagan que no les genere algo negativo jugar estos partidos, sino cosas positivas. Esos jugadores son necesarios. La U ya tiene tres. Pinilla está en un buen nivel, de Beausejour ni hablar y Jara, también. Están Matías Rodríguez y Johnny Herrera, que es un grande. Si tienes jugadores buenos, los más chicos o los que no son tan buenos absorben la vivencia y el carácter. La U se está preparando para pelear algo, como lo hizo con Sampaoli. Ojalá no me equivoque. Me gustaría que un equipo chileno volviera a pelear algo así.
En las últimas semanas varios jóvenes han conseguido importantes logros, como la selección de básquetbol en el Sudamericano Sub 17, ¿Hay un cambio de mentalidad?
Vi a la selección de básquetbol contra Argentina jugando a un nivelón, espectacular.
¿El básquetbol le apasiona?
Soy un basquetbolista frustrado y es maravilloso poder seguir la liga chilena en un canal de cable y que, además, haya salido campeón Español de Talca, justamente el equipo de mi ciudad. Me encanta que la liga chilena haya retomado fuerza.
¿Se está haciendo algo concreto para generar mentalidad ganadora?
Chile no es un país al que le interese generar campeones. Los jóvenes deben ver al deporte como una posibilidad de vida. La política debe apuntar a eso y restarlos de las estupideces, sacarlos de los celulares, de la play. Démosles opciones, que tengan espejos para decir: 'Tengo que llegar ahí, porque él es igual que yo'¿Por qué hay tantos atletas en Jamaica? Porque los ven todos los días. Los niños empiezan a correr desde que caminan. Esa es una política deportiva para buscar que los cabros chicos no estén metidos en las drogas. Eso le ayudará al país, pero como no es palpable económicamente no lo hacemos.
Volviendo al fútbol, ¿Audax cree que puede ir a un torneo internacional o ganar un título?
Para ganar un campeonato con un equipo que no es de un arraigo popular masivo, que no tiene la opción de contratar lo que quiera, sino que más bien lo que puede, tiene que consolidarse una base para poder pelear.
Audax se ha convertido en un semillero. ¿Por qué eso no se ha reflejado en el plantel adulto?
Cuando vendes a un jugador es porque estuvo en el primer equipo y jugó. Y no se venden por sí solos; en las dos o tres campañas previas de Audax, hubo una que fue muy buena, cuando entramos a playoffs. De esa salieron (Diego) Valdés, (Felipe) Mora, (Sebastián) Vegas. Después lo que hizo Diego Vallejos, que ha mantenido su nivel con un equipo consolidado (UC). Es difícil contener a los jugadores. La única forma de mantener a un club en Primera División es generar para vender. Audax es un semillero y por eso hay tantos chicos que buscan entrar a sus escuelas.
¿Hasta cuándo se proyecta jugando en el primer nivel?
Tengo contrato por casi un año más con Audax. No me siento incómodo jugando. El día en que me sienta así, que no me quiera levantar o que tenga más dolores que buenos momentos, ahí veré. Soy el capitán en un equipo súper importante en Chile y mis compañeros me hacen sentir cómodo. Cuando me dé cuenta de que no es tan así, tendré que irme.