Está ubicado a pocas cuadras del Estadio Nacional, de la Línea 6 de Metro y grandes avenidas de un Santiago que hierve. Pero a pesar de eso, el Barrio Suárez Mujica, en Ñuñoa, aparece como un espacio de calma en la ciudad: tiene calles animadas por arboledas, casas quinta y otras de estilo moderno de uno o dos pisos.
En medio de ese ambiente que evoca a la provincia, existe inquietud entre los vecinos por el destino que tendrán sus viviendas y calles. La discusión en esa comunidad nació cuando tres juntas de vecinos solicitaron al Consejo de Monumentos Nacionales en 2016 que un polígono de 87 hectáreas fuera declarado como "Zona Típica", lo que implica que debe mantener su armonía arquitectónica y si sufre cambios mayores, éstos deberán ser informados al Consejo.
"No queremos torres de guetos verticales ni obras que destruyan el valor que tienen las viviendas desde hace décadas", sostiene Andrés Morales, dirigente vecinal que inició una campaña para la protección del lugar.
El argumento es que existen casi 40 casas con el estilo arquitectónico "Bauhaus", surgido a comienzos del siglo XX en Alemania. Así, se pueden apreciar viviendas de baja altura, de techo plano y con llamativos balcones curvos. También se pueden encontrar propiedades que van desde pequeños "castillos" a casonas más campestres, pues esa área correspondía a predios rurales. Un barrio ecléctico, con identidad propia. El entorno también es valorado: hay comercio a pequeña escala tipo almacenes, vendedores de pan, diareros o carritos que venden tierra de hojas para los jardines.
Pero a la par de ese movimiento que busca proteger esta particularidad, también surgieron voces disidentes. Guillermo Bermúdez, representante de la organización de Unidos por Ñuñoa, promueven en las redes sociales la campaña alternativa "No a la Zona Típica". Sostiene que la clasificación llevará a que no se pueda "ni pintar las casas, poner protecciones o iluminación especial para dar seguridad. Queremos libertad para hacer lo que queramos sin pedir permiso", dice. El grupo sí está de acuerdo con que las construcciones no superen los tres pisos, tal como establece el plan regulador comunal. Bermúdez agrega que la idea de trasformar el sector en un barrio típico surgió de un estudiante y arrendatario de Suárez Mujica, pero que no todos los propietarios fueron consultados. El grupo afirma que existen inmuebles emblemáticos (como la Casajuana) que están derruidos, lo que demostraría que en realidad "no existe tal cuidado por el barrio".
Generaciones
Loreto Söhrens cuenta que muchas familias de Suárez Mujica se conocen hace décadas, lo que genera una identificación de los habitantes con su patrimonio. "No vivimos en edificios donde nadie comparte, sino que vemos a las misma personas por años. Cuando alguno de nosotros no está, nos cuidamos el jardín y las casas", dice.
Daniela Berríos nació en la maternidad de la Clínica Grecia, a pocas cuadras de su hogar. Señala que pertenece a la quinta generación que vive en lo que denomina un "oasis urbano", pues se puede circular tranquilamente en bicicleta o caminar y las calles no están saturadas de vehículos.
Ana Paz Cárdenas, secretaria ejecutiva del Consejo de Monumentos Nacionales, explica que a fines de este mes se votará la propuesta de que sea una "Zona Típica". Aclaró que sus habitantes no deben temer a una eventual denominación, pues se hará un reglamento para este tipo de sitios que plantee qué obras se podrán ejecutar. "No van a necesitar informar para pintar, cambiar sus ventanas, maderas, entre otros", dijo, aunque cambios relevantes deberán ser evaluados. El alcalde de Ñuñoa, Andrés Zahri, realizó una reunión el jueves con las organizaciones. Sostuvo que una idea es que la declaratoria se haga por sectores (no todo el polígono) "lo que sería mucho más objetivo".