La lucha de la familia de la pequeña María Victoria: Necesita $110 millones para importar marcapasos
Los Lizárraga Henríquez deben conseguir el dinero para comprar el dispositivo, el cual debe ser pagado antes de la operación cuya fecha límite es el 15 de diciembre. Conoce la historia.
Una verdadera carrera contra el tiempo es la que están corriendo hoy los padres, familia y amigos de María Victoria Lizárraga Henríquez, una niña de 5 años que desde abril de 2016 está conectada a un ventilador mecánico para poder respirar, luego que una extraña enfermedad desencadenara una respuesta autoinmune que hoy convierte a un respirador mecánico en la única herramienta para sobrevivir, afortunadamente sin ningún de daño cognitivo.
Sin embargo, existe una nueva oportunidad de vida para María Victoria: el implante de un marcapasos diafragmático, previa reconstrucción de los nervios de su tórax, cuyo costo asciende a 110 millones de pesos, el que debe ser cancelado a los fabricantes un mes antes de la operación, pues por la alta complejidad del caso, debe ser fabricado con características especialmente específicas.
Este elevado monto sólo representa la primera parte del elevado costo que implica la intervención pionera en América Latina a la que será sometida María Victoria, pues al ser una enfermedad desconocida y no tener código Fonasa, no tiene cobertura de isapres ni seguros. Adicionalmente, el periodo mínimo de rehabilitación tras la completa operación borde los dos años, con todos los gastos médicos que ello implica.
"No podemos esperar más. El equipo médico nos ha informado que el 15 de diciembre es la fecha tope que tenemos para realizar la operación. Hoy María Victoria está en las condiciones de salud óptimas, dentro de su estado crítico, para realizar la cirugía. Y como el pago del marcapasos se debe realizar por anticipado no tenemos otra opción que acudir a la solidaridad de la gente para la Vicky tenga una nueva oportunidad de vida", explica su madre Valeria Henríquez.
Desde el minuto en que María Victoria enfermó, Valeria dejó de ejercer su profesión como doctora y se dedicó 100% a su cuidado y a la contención de sus otros tres hijos, mientras su marido Víctor Lizárraga, además de trabajar se ha dedicado a aprender complejas técnicas de cuidados para asegurarse de que ante cualquier eventualidad, podrá apoyar a Vicky. "Cuando Vicky ha estado internada en la clínica, nunca la hemos dejado sola. Valeria se queda en casa con nuestros otros tres niños y yo estoy en la clínica durante las noches", precisa Víctor.
Desde que la pequeña María Victoria enfermó la familia ha enfrentado elevados gastos médicos, los que han solventado con el apoyo de sus más cercanos familiares y amigos. Sin embargo, por el acotado plazo que hoy les impone la urgencia en la orden de compra e importación del marcapasos, decidieron hacer público el caso.
El marcapasos diafragmático es la única posibilidad que tiene María Victoria de volver a respirar sin estar conectada a un ventilador mecánico. Y en el caso que esta operación no pueda realizarse, los plazos médicos para practicarla impedirían que se realizara por el grave deterioro que ha tenido el cuerpo de la pequeña a nivel neurológico.
La principal forma de colaborar con esta campaña es el aporte a la cuenta especialmente creada para la recaudación de fondos a la cual se puede ingresar a través del sitio web www.respiramariavictoria.cl
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