Un equipo de científicos de la U. de Australia Occidental siguió por dos años a un grupo de 40 tiburones etiquetados cerca de Palau, en las Filipinas.
De esta forma descubrieron que en las noches de luna llena los escualos descendían a aguas profundas, mientras que cuando había Luna nueva ascendían hasta aguas poco profundas. ¿La razón? Según el estudio, publicado en la revista científica PLoS ONE, por motivos vinculados con la alimentación y, posiblemente, para evitar depredadores.
En el caso del tiburón gris de arrecife otro factor que incidió en su comportamiento fue la temperatura del agua: en invierno alcanzó una profundidad media de 35 metros, pero en primavera descendió a los 60 metros. Los investigadores creen que esto pasa porque al ser una especie de sangre fría, prefieren aguas más cálidas para ahorrar energía.
El último factor de incidencia visto por los científicos fue la hora del día. Los tiburones iban a aguas más profundas en la mañana y en la tarde ascendían más cerca de la superficie, movimiento que coincide con los cambios de luz en el arrecife durante el día.