La mala calidad de sueño y su relación con la obesidad
El sueño insuficiente e interrumpido incrementa las ansias por comer alimentos ricos en azúcares y grasas de manera compensatoria al bajo nivel de energía que tenemos.
Según la Federación Mundial de la Obesidad, para el 2025 uno de cada tres chilenos (34%) de la población chilena sufrirá de este mal. En tanto, en el último informe alimenticio de Naciones Unidas, situó a Chile como el país con mayor sobrepeso en Latinoamérica, con un 63% en población adulta.
Uno de los factores biológicos que aumenta el sobrepeso es la mala calidad del sueño: "Tener una mala arquitectura del sueño provoca que cansancio de día, lo que se ve reflejado en el comportamiento alimenticio y en los quehaceres diarios de las personas", explica la nutricionista de Clínica Somno, Dominique Jury.
Uno de los principales problemas de una mala noche de sueño, con interrupciones y despertares nocturnos es que se incrementan las ansias de comer, principalmente, alimentos ricos en azúcares y grasas para compensar al bajo nivel de energía: "El cansancio y la fatiga se traduce en falta energía y ánimo para realizar cualquier tipo de actividad física. Entonces la persona come alimentos de alto nivel calórico, los que no son quedamos correctamente produciéndose grasa y sobrepeso. La comida chatarra está en la lista de los elegidos para compensar esta falta" agrega la nutricionista especialista en sueño.
Ahora bien, existen alimentos que por sus nutrientes ayudan a conciliar el sueño "Dentro de estos están los que contienen triptófano y magnesio, estos se encuentran en aquellos de origen vegetal como verduras verdes oscuras, frutos secos, semillas, lácteos bajos en grasas, carnes blancas, huevos y legumbres sin piel", agrega Dominique Jury.
¿Cómo debe ser mi alimentación antes de dormir?
Cuidar la alimentación nocturna es clave para dormir bien. Aquí no sólo interviene el tipo de alimentos, sino también las horas en que se ingieren: "Se recomienda comer dos horas antes de ir a la cama, con alimentos bajos en grasa y sin irritantes o estimulantes (como café o frituras), porque generan enlentecimiento del vaciado gástrico y aumentan la probabilidad de tener acidez estomacal y reflujo gástrico".
Además, la nutricionista destaca que "se debe evitar la once-comida, ya que generalmente está compuesta por grandes cantidades de pan y agregados altos en grasa que lo único que provocan es que el metabolismo durante la noche sea mucho más lento".
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