En 1978, Santiago inauguraba su primer parque de diversiones a gran escala. Los primeros juegos de Fantasilandia a los que los capitalinos pudieron subir fueron el Pulpo, la montaña rusa Galaxy, el Century 2000 y los autos chocadores, entre otros.
Pero hubo uno que acaparó los gritos, especialmente de los niños. Se llamaba La Mansión Siniestra, un trayecto a oscuras que se recorría arriba de un carrito para dos personas y cuya calma era interrumpida por los ruidos y gestos de monstruos mecanizados que aparecían de improviso. Aunque desde 1990 se llama Casa Fantasma, aún mantiene sus clásicos carros y personajes.
"Esta atracción llegó desde España y muy pronto se transformó en una de las favoritas. Las filas para ingresar a ella eran de mil o más personas", cuenta el gerente comercial de Fantasilandia, Rafael Morales.Hoy, la espera no es tan masiva, pero aún hay fieles seguidores de esta entretención, los que se incrementan por estas fechas. "Hace 18 años que abrimos las puertas de este parque hasta la medianoche, para que los capitalinos vengan a celebrar Halloween", dice Morales.
Carolina Fouillioux lleva cuatro años como operadora de los carros, que cada 60 segundos ingresan al túnel.
Lo que más le sorprende es que actualmente la mayoría de quienes llegan para hacer el recorrido son adultos. "Los niños de ahora, sobre todo los de más de 10 años, ya no se asustan, pero sus papás los traen porque quieren recordar su infancia", cuenta Carolina.
A la salida del juego, Catalina Bravo (41) y su hija Claudia (13) ríen juntas. "No me dio susto, pero cuando era chica me aterraba y gritaba mucho", dice la madre. Claudia resume su experiencia con un "¡qué fome!" .
Muchos mitos se han tejido a lo largo de 35 años, desde que en este lugar penan hasta que en la oscuridad del trayecto algunas parejas aprovechan para desatar su pasión. Pero para Carolina no son cuentos. "Yo he visto por las cámaras de seguridad que están instaladas en el túnel como algunos se ponen muy cariñosos. Y de que penan, penan", asegura.
TERROR EN EL SIGLO XXI
Como la ex Mansión Siniestra, hay otras de las atracciones que concitan el interés de niños y jóvenes por estas épocas: el Castillo Encantado, al que ingresan, en promedio, 4.000 personas diarias, es una de ellas.
Ahí, una veintena de actores o estudiantes de teatro se caracteriza con terroríficos atuendos y maquillaje especial para aparecer por sorpresa y asustar a quienes transitan, a pie, por un laberinto oscuro. "El recorrido dura seis minutos y la gente ingresa en grupos de entre seis y ocho personas", cuenta el director de la puesta en escena, Antonio Espinaza.
Sebastián lleva un año y medio trabajando en el Castillo Encantado. Maquillarse le toma al menos una hora, pero disfruta provocar miedo. "Cuando me preguntan a qué me dedico, digo 'asusto gente'", comenta.
"Todo el parque se caracteriza para Halloween. Hay shows especiales y por todo el lugar rondarán personajes vestidos de zombies, vampiros y fantasmas. Gran parte del público también llega disfrazado", agrega Alejandro Castillo, gerente de Programas y Comercialización de Fantasilandia.
El miércoles 30 de octubre, el lugar funcionará entre las 16 horas y la medianoche, mientras que entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre las puertas se abrirán al mediodía, hasta las 23 horas. El domingo 3 cerrará más temprano, a las 21 horas.
Los precios de las entradas promedian los $ 12.000.