La ciudad de Selma, en Alabama, fue el punto de inflexión para obligar a las autoridades de los estados del sur de Estados Unidos que dejaran de poner trabas y permitieran que la población negra pudiese votar en las elecciones, pese a que en 1964 se había proclamado el fin de la discriminación racial, todo un logro del Movimiento por los Derechos Civiles que encabezaba Martin Luther King.

El 7 de marzo de 1965 más de 600 manifestantes iniciaron una marcha pacífica hacia el suroeste de Selma, por la Ruta 80 camino hacia Montgomery, encabezados por el entonces activista universitario John Lewis, para exigir que les permitieran  inscribirse en los registros electorales. Sin embargo, al otro lado del puente Edmund Pettus los esperaba un fuerte contingente policial desplegado por orden directa del gobernador George Wallace. Los agentes detuvieron la marcha con gas lacrimógeno y golpearon a los manifestantes con garrotes. Todo a vista y paciencia de periodistas y fotógrafos que mostraron a todo el mundo la represión de lo que se conoce como el "Domingo Sangriento".

El fotógrafo Spider Martin retrató los detalles de esa jornada y la violencia policial. Recientemente el Briscoe Center for American History de la Universidad de Texas adquirió todos los archivos Martin y se encontró con muchas imágenes desconocidas de ese 7 de marzo.

La marcha de Selma dio paso a otras dos marchas, el 9 y el 21 de marzo, encabezadas por Martin Luther King, que recorrieron los 87 kilómetros desde Selma hacia Montgomery, las mismas que inspiraron la película Selma de Ava DuVernay, que hoy compite por el Oscar.

El movimiento de Selma fue clave para la proclamación en agosto de 1965 de la Ley de Derecho a Voto, que prohibió cualquier forma de discriminación racial en el ámbito electoral. Concretamente, eximía a los votantes de raza negra de realizar un test de alfabetización, el principal mecanismo empleado por gran parte de los estados del sur para impedirles su acceso a las urnas.