La mitad de egresados de 10 colegios top en la PSU estudia tres carreras y en dos planteles
Análisis realizado por La Tercera, con datos del Demre, mostró que el 48% estudia Ingeniería Comercial, Civil o Derecho. El 55% fue a las universidades Católica y de Chile, y otro 20% a la Adolfo Ibáñez, De los Andes y Del Desarrollo.
Cerca de 700 carreras ofrecen las 33 universidades que usan la PSU como principal sistema de admisión. Entre la variada oferta se encuentran programas novedosos y únicos, como Ingeniería en Industria de la Madera, y otros tradicionales, como Derecho.
Sin embargo, los alumnos de los 10 colegios con mejores resultados en la PSU, quienes conforman la elite de la prueba, todos particulares pagados, sólo se decidieron por un puñado reducido de programas y planteles.
Según un análisis realizado por La Tercera, con los datos del último proceso de admisión, obtenidos del Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre) de la U. de Chile, la mitad de esos alumnos postuló y fue seleccionado por tres programas, todos tradicionales y con altos sueldos: Ingeniería Comercial y Civil y Derecho. Las dos primeras, de hecho, concentran casi un 40% de las postulaciones de los más de 600 alumnos que egresaron de estos colegios.
También la elección estuvo acotada a un grupo limitado de universidades. Tres de cada cuatro alumnos de esos colegios se fue a cinco planteles: la UC y la U. de Chile (que captaron a casi la mitad) y las privadas U. Adolfo Ibáñez, U. de los Andes y UDD.
"Una buena parte de la elite chilena se está educando en espacios homogéneos, con escasas posibilidades de una integración social más amplia. En otras palabras, el sistema contiene distintas modalidades de exclusión social y de reproducción de la desigualdad, ya sea a través de instituciones o por medio de carreras profesionales", opina el director de estudios del Foro Aequalis de Educación Superior, Francisco Durán.
Para él, el fenómeno es preocupante, pues tiene, como consecuencias, un escaso desarrollo de competencias sociales. "Es decir, poca capacidad de diálogo con personas con posturas distintas, poca comprensión de realidades diversas y fragmentación del tejido social entre las distintas clases. En buenas cuentas, es un reduccionismo de las perspectivas sociales", agrega.
CARRERAS
La realidad en algunos colegios es así: en los dos primeros establecimientos de la PSU (Cordillera, de Las Condes y Montemar, de Viña del Mar) más de la mitad va a una sola universidad. En el caso del Cordillera, de sus 69 egresados que quedaron seleccionados en universidades, 34 postularon y lograron un cupo en la UC.
En el colegio de Viña del Mar, 19 de los 26 seleccionados (74%) quedaron en un solo plantel: la sede en esa ciudad de la U. Adolfo Ibáñez.
Más allá de los top ten en la PSU, pero también dentro del panorama de colegios particulares de alto rendimiento se dan casos similares: en Los Alerces (colegio femenino de Las Condes), el 67% de las egresadas se fue a la UC; en Los Andes (también de Las Condes), el 85% prefirió ese plantel y la universidad homónima.
En cuanto a carreras, más del 60% de los egresados del Cordillera y del Montemar y el 45% de los ex alumnos del Grange se fueron a Ingeniería Comercial o Civil, mientras que seis de cada 10 estudiantes del Pinares (de Concepción) se fueron a Derecho o Ingeniería Comercial.
Para Durán, la elección de un número reducido de carreras no es otra cosa que otra forma de reproducir las clases sociales. "Un aspecto importante de la diferenciación de clases es el mantenimiento de la distinción en todo ámbito de cosas: en el lenguaje, en las redes sociales, en los lugares que se frecuentan y, por supuesto, en los títulos profesionales que se ostentan", afirma el especialista.
En otras palabras, añade, "a través de la elección de esas carreras mantienen el lenguaje, los contactos, los lugares de frecuencia y los espacios de decisión con los que se han vinculado permanentemente y, por otra parte, reproducen la mirada económica y científica del desarrollo que ellos tienen".
SECTORES MEDIOS
Distinta es la elección de carreras que hacen los alumnos de establecimientos de buen rendimiento, pero ligados a sectores medios. Por ejemplo, pese a que un cuarto de los estudiantes del Alonso de Ercilla (Santiago) optó por Ingeniería Comercial y Civil, el grueso escogió carreras tan diversas como Odontología, Bachillerato, Periodismo y Contador Auditor, programas que casi no captan la preferencia del resto de los alumnos de los colegios top.
En el caso del Instituto Nacional, el 40% de sus alumnos prefirió la U. de Chile y otro 12% la UC; el resto se distribuyó en 16 planteles, desde la U. de Antofagasta hasta la U. de los Andes. "La elite intelectual sigue prefiriendo la U. de Chile", dice Víctor Orellana, director de la Fundación Nodo XXI e investigador del Ciae.
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