En caso de que la guerra civil que actualmente desangra a Siria se mantenga a fin de año, Naciones Unidas calcula que para entonces afectará a unos 10,2 millones de sirios. Es decir, alrededor de la mitad de la población de ese país árabe dependerá de la ayuda humanitaria exterior. De esta forma, la ONU informó que necesita US$ 5.200 millones para atender sus necesidades en una crisis que ha superado en poco tiempo los peores pronósticos, ya que hace solo seis meses había previsto que se requerían de US$ 1.500 millones. La suma solicitada se refiere al período de enero a diciembre de 2013 y ya se cuenta con US$ 1.000 millones recaudados.
"Este llamado es masivo en un contexto humanitario, pero más de US$ 5.000 millones es lo que se gasta en helados durante 32 días en EE.UU. o lo que gastan los conductores alemanes en combustible en seis semanas", declaró en una presentación ante la prensa el alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Antonio Guterres, después de una reunión con representantes de países donantes.
El alto representante de la ONU consideró que la crisis en ese país es la mayor amenaza para la seguridad internacional "desde la Guerra Fría". Guterres evocó el "colapso" del Estado sirio, la "destrucción física del país" y el inminente peligro "de que este conflicto se extienda a Irak y a Líbano". "Hay un riesgo de explosión en Medio Oriente para el que la comunidad internacional no está preparada", advirtió.
"Esta financiación sería un instrumento para estabilizar la región y evitar que este conflicto se convierta en uno regional mucho más dramático. No es solo una cuestión de generosidad, para la comunidad internacional, es sobre todo una cuestión de interés propio", recalcó Guterres.
El riesgo de desestabilización es particularmente alto en Líbano, cuya población es de cuatro millones de personas y donde se proyecta que a finales de este año habrá cerca de un millón de refugiados sirios. De Líbano procede la milicia chiita Hizbulá, que ha entrado a Siria recientemente para apoyar a las fuerzas gubernamentales del régimen de Basher Assad a recuperar el control de la ciudad de Qusair.
Según los datos facilitados por la ONU, atender a los refugiados sirios -que desde más de 1,5 millones se calcula que excederán los 3,5 millones para finales de año- costará US$ 3.800 millones, una cifra que incluye US$ 800 millones solicitados de forma directa por los gobiernos jordano y libanés, que soportan la mayor carga de refugiados. Guterres dijo que cada día el número de refugiados aumenta en 7.000 personas. Otros US$ 1.400 millones serán necesarios para atender a 6,8 millones de personas dentro de Siria, de los que 4,2 millones serán desplazados internos.
Los refugiados se concentran actualmente en Líbano y Jordania, con cerca de medio millón de refugiados sirios en cada uno de estos países, y en menor medida en Turquía, Irak y Egipto. Del total de refugiados procedentes de Siria, 100.000 son palestinos que vivían en campamentos dentro de este país y que "gozaban de seis décadas de relativa estabilidad y seguridad", en opinión de la oficina del alto comisionado.
En tanto, el Presidente ruso, Vladimir Putin, propuso ayer una fuerza de paz rusa para sustituir al contingente austríaco de los cascos azules que se retirará de los Altos del Golán debido a la extensión del conflicto sirio a esta zona fronteriza entre Israel y Siria. "Teniendo en cuenta la difícil situación que se desarrolla en los Altos del Golán, podríamos reemplazar al contingente austríaco en esta región", declaró Putin. Sin embargo, Naciones Unidas indicó el viernes que Rusia no puede enviar tropas para la fuerza de paz en el Golán, debido a que legalmente no puede hacerlo ninguno de los cinco países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.