Hoy se anunció que la firma alemana de lujo Escada se declaraba en quiebra. Sin embargo, esta lamentable situación en el mundo de la moda no es única.

Y es que muchos diseñadores atraviesan en estos tiempos una de las peores crisis de su historia.

Desde que la crisis financiera, la recesión económica y las turbulencias en las bolsas de todo el mundo ocupan las páginas de todos los diarios, las clientas no se acercan de la misma manera a las tiendas de moda para adquirir rápidamente los diseños más modernos de los fabricantes más caros y renombrados.

En vez de fijarse sólo en las prendas más modernas y en las tendencias más glamourosas, prefieren mirar el precio escondido en la etiqueta.

Además, las marcas internacionales tienen un grave problema con las grandes cadenas de ropa, con las que tienen que competir agresivamente porque les están quitando una importante cuota de mercado.

"La competencia normal ha alcanzado al segmento de lujo", subrayó Thomas Rasch, director de la federación alemana de moda German Fashion.

ESCADA
Pero la razón de los problemas financieros no se encuentra sólo en la crisis económica, sino en muchas ocasiones en la gestión interna de la empresa, como sucede en el caso de Escada, coinciden la mayoría de los expertos.

Y es que saber sacar adelante una empresa de moda de lujo no es nada fácil. Escada, hasta hace poco una de las principales marcas de moda femenina del mundo, atravesaba desde hace años graves problemas financieros ocasionados sobre todo por fallos de gestión y poco ojo para detectar los deseos y las necesidades de las consumidoras.

Ni siquiera la experiencia de Bruno Sälzer, que anteriormente, en Hugo Boss, había sacado al mercado la línea femenina "Boss Woman", pudo salvar al grupo de la quiebra. Esta mañana presentaba ante el juzgado municipal de Munich su declaración de insolvencia.

Poco antes se habían declarado en quiebra la casa parisina Christian Lacroix y la diseñadora belga Véronique Branquinho.

MODA DE LUJO
Rasch advirtió no sacar conclusiones demasiado rápidas, pues la crisis no es el único causante de las dificultades irremediables en las marcas de moda más lujosas.

En ese sector hay marcas como Yves Saint Laurent o Gucci que han podido hacerse fuertes contra la crisis y ayudar a sus casas matrices en tiempos complicados, recordó.

La moda de lujo ha sido siempre un sector difícil y muy minoritario. No en vano, sólo representa entre un 3% y un 5% de todo el mercado textil.

Por ahora queda abierto si al caso de Escada le seguirán otros nuevos y si la empresa de Aschheim, cerca de Munich, que empleaba a unas 2.300 personas en todo el mundo, logrará sobrevivir.

Christian Gerloff, nombrado hoy administrador del proceso de insolvencia de Escada, tendrá que analizar a fondo los problemas de la empresa y, antes de buscar inversores, estudiar sus posibilidades de supervivencia.