En 10 años, Chile ha cambiado. Eso no está en discusión. En su cultura y en su sociedad. El cambio puede hacerse extensivo, también, a la selección nacional. La misma que paraliza al país cuando juega. La misma que llegó a tres finales en los últimos tres años y que juega prácticamente de memoria producto de sus años de conocimiento y trabajo.
En 2007 se produce un quiebre, con la llegada de Marcelo Bielsa a la banca nacional. Desde ese momento, y con el paso de cuatro entrenadores hasta la actualidad, la selección adulta adquiere un método y un estilo que le acompaña hasta ahora, con los respectivos matices que le han aportado cada uno de los estrategas. Bielsa, Borghi, Sampaoli y Pizzi tienen algo en común: trabajar con una base similar de futbolistas.
No obstante, el equipo ha mutado. No sólo de dibujo, sino también respecto a la labor de ciertos elementos que son claves para la Roja. ¿Cómo ha sido el cambio de Chile desde la era del Loco hasta la era de Macanudo?
Haciendo una revisión de los dibujos tipo de cada entrenador, son siete los elementos que se mantienen como fijos en la estructura del equipo: Claudio Bravo, Gary Medel, Gonzalo Jara, Mauricio Isla, Arturo Vidal, Jean Beausejour y Alexis Sánchez.
El arco no está bajo cuestionamiento. El de Manchester City es indiscutido. Además de capitán, sitial que alcanzó justamente bajo el mando del actual adiestrador del Lille francés. Aquello comenzó el 7 de septiembre de 2007, en el debut del transandino en la banca chilena, en un amistoso contra Suiza, en Viena (Austria).
El esquema madre que impuso Bielsa fue el 3-3-1-3, considerando también que una de las premisas del estratega es "defender con uno más de los que tiene el rival". El ataque por las bandas y la verticalidad fueron los conceptos centrales del proceso.
Una de las mayores novedades que impulsó fue la ubicación de Gary Medel como zaguero. El Pitbull surgió desde las inferiores de la UC como volante central, pero ante la escasez de especialistas, el ex Sevilla fue utilizado en la línea de tres del fondo. Con el paso del tiempo, Medel ya se afianzó en esa posición, tanto así que en la última temporada con el Inter de Milán también ocupó un lugar en el fondo. Su compañero fue y sigue siendo Gonzalo Jara.
Ahora, con cuatro en la zaga, tanto Medel como el oriundo de Hualpén se transformaron en la dupla de centrales titular y, a estas alturas, histórica (ambos tienen más de 100 presentaciones por Chile), pese al volátil rendimiento de las últimas temporadas del ex Mainz.
Respecto a la ubicación de Medel, fue con Claudio Borghi cuando volvió a su posición natural, como mediocampista central. En la era del Bichi, quien se ganó un puesto fue Pablo Contreras, acompañando al líbero Waldo Ponce y al propio Jara.
En los laterales, ya sea tanto por el rendimiento de sus titulares como por la casi nula presencia de alternativas, Isla y Beausejour se ganaron las bandas. Con Bielsa y Borghi fueron laterales-volantes, con un gran recorrido por sus carriles. De hecho, el actual jugador de la U también fue puntero izquierdo con el Loco (junto a Mark González), rememorando los inicios de su carrera como delantero. Desde la llegada de Sampaoli se establecieron en la línea de cuatro, cumpliendo responsabilidades tanto ofensivas como defensivas.
El 3-4-1-2 de Borghi tuvo en Arturo Vidal a un jugador polifuncional, cuya ductilidad le permitió jugar en diferentes posiciones según el criterio del entrenador. En el diseño matriz, fue el acompañante de Medel en el centro del campo, pero en algunas situaciones fue defensa e incluso lateral por la izquierda, como sucedió, por ejemplo, en el duelo ante Venezuela por la Copa América de Argentina 2011.
La evolución del Rey en la Selección es uno de los fenómenos que más resaltan en la Roja, pasando de ser un volante de corte hacia uno mixto, con movilidad y alta exigencia física, hasta lo que se vio en la Copa Confederaciones: liberado gracias a la inclusión de Pablo Hernández, jugando detrás de los delanteros, muchas veces terminando las jugadas como un 9.
Este salto se produjo fundamentalmente bajo la tutela de Sampaoli, y el 4-3-1-2 que estableció, por ejemplo, en la Copa América 2015. El hombre del Bayern Múnich forma, desde esa época, un triángulo destacado junto a Charles Aránguiz y Marcelo Díaz.
Con el 4-3-1-2 de Sampaoli y de Pizzi, Alexis Sánchez ganó preponderancia en el desarrollo ofensivo. Desde la izquierda, moviéndose por todo el frente del ataque, es el principal generador de peligro en el área rival. Además, su evolución ha permitido que crezca en capacidad anotadora, hasta erigirse como goleador histórico, superando a Marcelo Salas. En sus inicios, fue el puntero derecho de Bielsa, teniendo como referencia de área a Humberto Suazo. Eran otros tiempos. Hoy, es él quien representa la esperanza de gol.