La vieja batalla entre liberar o proteger aumenta a medida que el avance de las nuevas tecnologías hace más difícil mantener el statu quo. Esas fricciones se reflejan en el enfrentamiento entre la National Portrait Gallery (NPG) de Londres y Wikipedia, después de que el estadounidense Derrick Coetzee descargara en marzo 3.300 imágenes en alta resolución de la web de la galería y las colgara en la enciclopedia electrónica. La NPG ha amenazado a Coetzee con llevarle a tribunales por violación del copyright, y la Fundación Wikimedia defiende el derecho a utilizar imágenes cuyos derechos de autor considera caducados.
A las dos partes les puede interesar más un pacto que arriesgarse a una derrota judicial. A la NPG porque, si perdiera, podría arruinar los derechos que reclama sobre las 60.000 imágenes digitales almacenadas en su web. A Wikimedia, porque tendría que compensar a la NPG por 3.300 casos de violación de derechos de autor.
El pacto, sin embargo, amenaza con despojar al resto del mundo de una batalla judicial de gran calado que podría extender más allá de EEUU una sentencia de 1999 de un tribunal de Nueva York en un litigio muy parecido: la denuncia de la compañía británica Bridgeman Art Library contra Corel Corporation, por vender un CD con imágenes de alta calidad de la colección de Bridgeman.
En ambos casos los derechos de autor no se refieren a la obra original reproducida, sino al trabajo para crear reproducciones de alta calidad. La sentencia estableció que en EEUU "la copia fotográfica exacta de obras de arte de dominio público no están sujetas a derechos de autor, porque no son originales". Pero el Reino Unido sí protege ese tipo de reproducciones.
La NPG alega que, aunque las imágenes reproducen obras que ya no tienen derechos de autor, sus fotografías sí los merecen, porque se trata de trabajos en alta resolución que han exigido una fuerte inversión económica. Pero "las leyes de derechos de autor tienen un objetivo: pagar la creatividad", dice el músico Eric Felten en The Wall Street Journal. "Hacer copias tiene un valor, pero no es creativo". Es decir, la Portrait se apoya en los derechos de autor para asegurarse que recupera la inversión de digitalización. Pero se enfrenta a la contradicción de que no deja reproducir gratis esas fotos de alta resolución (aunque sí fotografías convencionales) y nadie puede fotografiar en su galería sin permiso. O sea, tiene el monopolio de la digitalización de una colección de obras sin derechos de autor.