Por qué la noche de Año Nuevo será un segundo más largo

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La International Earth Rotation and Reference Systems Service (Iers) de París regula esta medida a nivel mundial.




La de Año Nuevo será una noche más larga, pues a las 23:59:59 los relojes de casi todo el mundo incorporarán un "tic" de más antes de entrar a 2017.

El retraso se deberá al "segundo intercalar", un truco para sincronizar los relojes mundiales con la rotación del planeta.

El tiempo empleado por la Tierra para realizar una rotación completa no es exactamente de 24 horas, o sea de 86.400 segundos, pues no puede ser siempre regular -a causa de las mareas e interacciones gravitacionales- y en general es de una fracción de segundo más.

Una brecha prácticamente imperceptible pero que sumada cada día puede llegar a completar un segundo cada dos años.

"Hoy el tiempo se mide por medio de relojes atómicos custodiados en los institutos metrológicos nacionales de todo el mundo", contó Patrizia Tavella, responsable del Laboratorio del Tiempo dentro del Inrim.

"Para mantener de acuerdo la escala de tiempo basada sobre la rotación terrestre con la de los relojes atómicos se agrega o se sustrae un segundo completo a la duración de un día determinado", prosiguió explicando.

El resultado final es lo que se denomina Tiempo Universal Coordinado (UTC), el huso horario de Londres usado diariamente por todos los dispositivos electrónicos.

Para decidir cuándo se introducen nuevos segundos está la International Earth Rotation and Reference Systems Service (Iers) de París, una medida del tiempo usada por primera vez el 30 de junio de 1972.

Mantener un control tan detallado del horario no está dictado por mera puntillosidad, sino por la necesidad, dentro de una sociedad ligada por la sincronización de los relojes, por ejemplo, para las transacciones bancarias y las telecomunicaciones.

La elección de agregar segundos intercalares no se realiza de manera regular, sino sólo cuando sirve, pues es un mecanismo que puede comportar varios problemas.

"Por ejemplo en los sistemas operativos, los sistemas satelitales globales de navegación o las redes de comunicaciones, que en un cierto punto, en el mismo momento, deben cambiar de hora", aclaró Tavella.

"No es siempre fácil gerenciar tal operación en automático. Están los que agregan el segundo antes o después. Siempre está el riesgo de crear confusión", concluyó la especialista.

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