A las 18.30 del domingo, el candidato oficialista, Eduardo Frei, recibió en su casa de Las Condes el primer cómputo electoral. No lo acompañaba ningún miembro del comando. Sólo junto a su esposa, Marta Larraechea y su hija Cecilia se enteró de los resultados que daban a Sebastián Piñera un 44% y a él lo ubicaban 14 puntos abajo.

Las cifras eran el peor de los pronósticos. Según quienes compartieron con él, sin embargo, el candidato se mostró frío. Lo mismo hizo cuando se reunió con su comando, al que intentó animar personalmente.

A las 19.40, cuando llegó al Hotel San Francisco, subió de inmediato a una habitación habilitada como oficina en el tercer piso, donde sólo ingresaron su familia (hijas, yernos y algunos sobrinos) y sus asesores de confianza Eugenio Fredes y .

Allí, sentado en un sofá, con lápiz y papel en mano, recibió los resultados del segundo cómputo. El candidato sacaba cálculos de cuánto sumaban los tres adversarios de Piñera y la suma de nulos y blancos (284 mil). Sobre esto, comentó que era una cifra elevada a la cual se debía apuntar.

Mientras, en una oficina del segundo piso, con un cartel que decía "comité estratégico", los asesores Ricardo Solari, Ernesto Ottone, Gutenberg Martínez, Enrique Correa y Jorge Pizarro, ninguno de los cuales tiene una cercanía personal con Frei ni compone su círculo de confianza, analizaban con inquietud las cifras. Tras los resultados, Frei bajó a hablar con ellos y repetía: "Estas son las cifras y ahora hay que sumar apoyos" y "esto será muy difícil, necesito al menos 15 puntos, pero es posible".

A la hora de su discurso, a las 21.10, las caras largas abundaban en su comando, donde se asume que remontar más de un millón de votos es una tarea compleja y que a Piñera le basta con asegurar un tercio de los electores de Enríquez para llegar a La Moneda. En ese entorno, Frei subió solo al escenario, sonriente y saludando a los artistas invitados, leyó sin improvisar y no hubo quiebres de su voz. El contraste era evidente con las caras de su entorno más cercano.

Tras dar una entrevista de TV, compartió en el segundo piso con miembros de su equipo, como Oscar Landerretche y Cristóbal Huneeus, e invitados como José Miguel Insulza y Nicolás Eyzaguirre. Según los presentes, Frei repetía a los más pesimistas frases como "no es fácil, pero se puede" y "hay que repuntar".

En un momento de relajo se puso a ver los resultados de las parlamentarias y preguntaba las cifras del PC y Andrés Zaldívar. Mostrando su humor al ver a Jorge Burgos en TV, el candidato comentó: "Hay que ver si dice algo que yo no sé".

Frei se retiró temprano con su esposa y llegó a su casa a las 23.30.