En medio de bofedales y con un sol quemante sobre las cabezas, varios habitantes de distintos poblados altiplánicos participaron el pasado domingo en el primer concurso de esquila de llamas y alpacas con cuchilla originaria.
"Fue interesante, una experiencia realmente entretenida y que habla de la cultura de la zona", dijo una turista que presenció el evento.
La inédita actividad, que busca dar valor a esta antigua práctica de las comunidades aymaras, contó con la presencia de sikuris, una banda de bronces y lugareños que llegaron hasta el sitio dispuesto para la esquila, con sus mates de coca y chachacoma. Previamente se realizó un baile dedicado al animal y una pawa.
Las parejas que participaron en el concurso eligieron los animales a los cuales deseaban extraer la lana, trabajo que debían cumplir solo en 30 minutos, empleando una hoja de lata artesanal creada del envase de pusitunga (bebida típica de los poblados altiplánicos), y que es afilada en una piedra.
Técnica cuidadosa
Obviamente, se trata de cortar el pelo rápido y sin dañar al animal. "Requiere de técnica, buen pulso y experiencia. No hay que dañar al animal y ni tampoco el pelaje, que es muy tupido. Le amarramos las patas y le vendamos los ojos a las llamas y alpacas, para que no se pongan inquietas; como son grandes, también se requiere de fuerza", cuenta Primitivo Mamani, uno de los ganadores del concurso.
La actividad, organizada por la Municipalidad de Colchane, en coordinación con Sernatur, busca rescatar y poner en valor las tradiciones de las comunidades del altiplano, y transformarlas en un atractivo turístico.
"Se rescata una tradición ancestral, que no es muy conocida por los jóvenes, y la idea es justamente que vean en el lugar cómo se realiza esa técnica. Además, los turistas que llegan a Colchane pueden empaparse de nuestra cultura, es un turismo más vivencial", dijo Javier García, alcalde de la comuna de Colchane.
Agregó que "además, estoy orgulloso por la cantidad de personas que vinieron a conocer y aprender de este arte milenario".
La directora de Sernatur regional, Carolina Quinteros, señaló que el objetivo es "apoyar el turismo de experiencia en las localidades de la zona. Respaldamos este tipo de iniciativas que buscan rescatar la identidad cultural y potenciar destinos turísticos dentro de la Región de Tarapacá, como es el caso de Colchane".
La lana obtenida de la esquila es vendida o utilizada por las mismas lugareñas, quienes preparan productos como mantos, bufandas, chalecos y corbatas, que son apetecidos por los turistas.
"Los tejidos están elaborados con productos naturales y se muestran en los diseños temáticas andinas, que buscan rescatar nuestra cultura. Además, poco a poco hemos comenzado a vender al extranjero, donde los tejidos son muy cotizados, mucho más que en nuestro país", cuenta Eulogia Challapa, una de las Tejedoras de Colchane.