La experiencia de ser uno de los países donde más catástrofes se registran en el mundo se ha traducido en un producto de exportación chileno. Así lo demuestran los expertos nacionales en ingeniería, rescate y de la Cruz Roja, quienes han estado asesorando a autoridades, gremios y organizaciones civiles de Ecuador, tras el terremoto 7.8 Richter ,ocurrido el pasado 16 de abril, que dejó 660 muertos y más de 4.000 heridos.
Sebastián Mocarquer, líder del contingente de 49 rescatistas del grupo USAR de Bomberos de Chile, que viajó a la ciudad de Pedernales, cerca del epicentro del terremoto de Ecuador, explicó que la forma de trabajar de este equipo es "autosuficiente. Puede estar movilizado por siete días, llevan su comida, agua y lo único que tienen que pedirle al país que los reciba es transporte y combustible. El grupo llega allá y se pone a disposición de la autoridad".
Añadió que la meta ahora es lograr una certificación internacional, que sólo otorga la Organización de Naciones Unidas (ONU), y que obtendrían si pasan un examen a realizarse en noviembre de 2017. "Seríamos el primer equipo Latinoamericano en tener este sello, y con eso damos garantía de que funcionamos bajo los mejores estándares internacionales y que no sólo podremos asistir al país, sino también dar soporte a la ONU con asistencia humanitaria" explicó Mocarquer.
Reconstrucción
A esto se suma la experiencia ganada en reconstrucción, y que según explicó el director de comunicaciones de la Cruz Roja Chilena, José González, también fue compartida con los ecuatorianos. "El gobierno (de Ecuador) nos consultó, a través de la embajada local, por asesoramiento para la reconstrucción", dijo el representante de la organización, quien añadió que ahora en Chile el enfoque de respuesta apunta a tener a la mano a instituciones especializadas en construcción de casas de emergencia, en habilitación de redes de agua segura, y una nueva modalidad para entregar ayuda humanitaria.
"Tratamos de no recibir grandes cantidades de productos y mercadería, sino que optamos por recolectar fondos para que después la gente compre en el comercio local. Se llama Programa de Transferencia en Efectivo (PTE) y busca fortalecer la economía afectada", explicó González.
A ello se suma la tecnología antisísmica para las edificaciones que fue planteada la semana pasada, en seminarios organizados por la Cámara de la Industria de la Construcción de Ecuador, por Leopoldo Breschi, socio de la empresa chilena VMB Ingeniería Estructural.
Según Breschi "hay proyectos que son de importancia estratégica que tienen que desarrollarse con tecnología nueva e ingeniería antisísmica, y en ese ámbito nos han pedido asesoría". De acuerdo al experto, la visión que hay de nuestro país es la de un "referente, porque se sabe que el impacto del terremoto del 27/F, fue positivo en términos de construcción. También les hemos transmitido nuestra experiencia en tsunamis, para que los tengan en consideración. Se lo planteamos a las autoridades del Ministerio de Vivienda ecuatoriano, sobre la importancia del momento de definir áreas urbanas que no estén en zonas de alto riesgo".
Breschi añadió que el problema en Ecuador es "la autoconstrucción, sobre todo en la costa, y la fiscalización de las construcciones. En las ciudades afectadas hubo edificios con mala construcción por ocupar materiales que no son apropiados. Hubo un caso en que se usó agua de mar para el hormigón y eso afectó mucho la calidad de la obra".