Espías repartidos por todo Europa, ejercicios militares en zonas estratégicas, aviones británicos interceptando aviones rusos y ataques cibernéticos. Todas son señales de lo que los analistas han llamado la "Guerra Híbrida" entre Rusia y Occidente, apenas un mes después de la firma del acuerdo de Minsk que fijó una tregua en el este de Ucrania.
La "Guerra Híbrida" se trata de un conflicto que involucra amenazas tradicionales, irregulares y terrorismo. También ha sido definida así: "una nueva forma de guerra de guerrillas", que "emplea tecnología y métodos de movilización moderna".
La primera pista de esta clase de conflicto la dio el jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas rusas, Valery Gerasimov en enero de 2013, al anunciar que el Ejército de su país se implicaría en una "nueva clase de guerra" que sería combatida con "métodos no militares para conseguir objetivos políticos y estratégicos", según recordó en su sitio web In Moscow Shadows, el académico experto en Rusia de la Universidad de Nueva York, Mark Galeotti.
En esa oportunidad, Gerasimov explicó que estos métodos implicarían fomentar las protestas populares, usar medidas militares encubiertas y desplegar fuerzas de operaciones especiales, a menudo, disfrazados como fuerzas de paz o manejo de crisis. Según Gerasimov, esas tácticas han sido usadas por Estados Unidos durante décadas.
En una columna publicada por la agencia Reuters, la analista del centro de estudios Brookings Institution, Fiona Hill, señaló que varios expertos han notado que al frente de las operaciones en Crimea y en el este de Ucrania han estado la inteligencia militar rusa y el Servicio de Seguridad Federal. "(El Presidente ruso, Vladimir) Putin y la jerarquía militar rusa han sido impresionantemente abiertos al describir cómo el Kremlin usó la guerra en Ucrania como un ejercicio de entrenamiento gigante para conducir una guerra híbrida", señaló Hill. "Mientras los rebeldes se han enfrentado directamente con el Ejército ucraniano en el Donbas (este de Ucrania), el Ejército ruso ha participado de ejercicios de entrenamiento. Estos ejercicios incluyen el uso del espacio, misiles y fuerzas nucleares, fuerzas especiales y unidades militares convencionales, equipos de operaciones psicológicas y operativos políticos", añadió.
Otra evidencia la da el centro de datos británico de inteligencia, Jane's Information Group, que señala que el 14 de febrero pasado, dos días después del acuerdo de Minsk, se realizó una reunión entre altos mandos del Ejército ucraniano y el embajador norteamericano en Ucrania, Geoffrey Pyatt. Allí se informó que las unidades rusas han usado una guerra electrónica y lo que parecen ser sistemas de microonda de alto poder para interferir no sólo las comunicaciones de las Fuerzas Armadas ucranianas, pero también para desestabilizar los vehículos de vigilancia aérea operados por los equipos de monitoreo de cese el fuego de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa.
Por otro lado, la OTAN ha estado realizando ejercicios militares en el Mar Negro, bajo la atenta mirada de las fuerzas rusas que están en Crimea y que consideran que estas maniobras son una militarización de la zona.
Estados Unidos, por su parte, dio inicio el lunes pasado a un despliegue de 3.000 militares hacia la zona del mar Báltico para participar en los mayores ejercicios de la OTAN en la zona. La operación denominada "Atlantic Resolve" está dirigida a mostrar el apoyo de los países de la Alianza Atlántica a los países bálticos como Letonia, Lituania y Estonia, atemorizados frente a la política de Rusia en la región.