El período del ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, terminó con cifras económicas mixtas: mientras el mercado laboral acumuló su mejor racha histórica en términos de creación de empleo, la actividad finalizó con una brusca desaceleración y llevó a que la era del demócrata tuviera el crecimiento promedio más bajo de las últimas siete décadas.

En la primera de tres estimaciones, el Departamento de Comercio informó ayer que el PIB aumentó 1,9% anualizado en el cuarto trimestre, por debajo de la expectativa de 2,2%. De esta manera, la mayor economía del mundo se expandió 1,6% el año pasado, el nivel más lento desde 2011.

Si se considera el crecimiento entre 2009 y 2016, el registro no es favorable para el ex mandatario: el PIB anotó un avance promedio de apenas 1,48%, el ritmo más débil de cualquier administración estadounidense en 70 años. La última vez que el país evidenció un dinamismo tan alicaído fue bajo el gobierno de Harry Truman, entre 1945 y 1952, cuando el PIB subió en promedio 1,35% anual.

A esto se suma que Obama es el primer presidente de la fase post-guerra que no vio una expansión de al menos 3% en alguno de los años de su mandato.

Los expertos aseguran que existe una buena razón de por qué la actividad no mostró el impulso del pasado a partir de 2009: la Gran Recesión. "La recesión entre 2007 y 2009 fue la más profunda desde la Gran Depresión de los '30. Después de tal shock, los repuntes siempre son contenidos", comentó Alexandra Estiot, economista senior de BNP Paribas, quien describió como "terrible" la economía que heredó Obama.

Sam Bullard, economista senior de Wells Fargo, complementó que "esta probablemente no iba a ser una recuperación económica robusta dada la génesis de la recesión. Las recesiones provocadas por crisis financieras, como esta última, generalmente exhiben una expansión más floja".

El experto añadió que el Congreso dividido bloqueó algunas iniciativas de reactivación impulsadas por el ex mandatario, como un mayor gasto en infraestructura.

Promesa de 4%

En cuanto a lo que podría suceder con Donald Trump en la Casa Blanca, los analistas dudan de que el republicano pueda cumplir su compromiso de una expansión anual de 4%.

"No creo que sea alcanzable la promesa de Trump de un crecimiento de 4%", declaró Thomas Costerg, economista senior de Standard Chartered. El PIB "ha promediado 2,1% desde mediados de 2009 y será muy difícil exceder esto en los próximos años, a menos que haya un gran programa de gasto de infraestructura o un auge del préstamo bancario", circunstancias que, a su juicio, no se darán.

Estiot, de BNP Paribas, cree que "bajo las condiciones actuales, parece más que improbable". La experta detalló que, en estos momentos, el crecimiento potencial es menor a 2% y que para llegar a 4%, el país necesitaría un aumento enorme en la fuerza laboral. "Tal cosa sólo es alcanzable a través de la inmigración", afirmó.

Bullard, de Wells Fargo, estima que las políticas pro-crecimiento de Trump alentarán la economía, pero es más probable un alza del PIB a entre 2,5% y 3% que un salto a 4%.

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